8 de octubre de 2014

Ester de Izaguirre, A una magnolia seca









A UNA MAGNOLIA SECA

Te recordaré.
Sonreías en el patio
de las tardes felices
y alguna vez tus voces escuchaba
hablando del misterio y de la tierra,
de tu alma vegetal menoscabada.
Y acaricié tus brazos uno a uno
mientras ibas brotando;
cada hoja nacía una semana,
cada rama era un mes,
cada tronco fue un año de mi vida.
Y nadie se dio cuenta
cuando tu verde
se nos volvía topacio en las entrañas.
"Mejor que se haya muerto"
-me decían-
"Dónde existen magnolias
no se casan las hijas."
Y hoy que toqué tus hojas
ya sin sangre, 
y hoy que miré el color que te faltaba
me dio pena, de pie, ver tu agonía,
que no tenía sed,
que ni mis lágrimas
podrán recuperar tu lozanía,
hoy que quise creer que te secabas
para que nuestra familia continuara.

Si hay caballos y hay perros en el cielo,
si hay campos y hay jardines,
y allá está todo lo que fue ternura,
iluminando a Dios con tu blancura.

Buenos Aires, 1974
Especial para "La Prensa"





Ester de Izaguirre 
(Asunción, Paraguay, 1923 - 
Bs. As., Argentina, 2016) 
Vivió en Argentina desde los 5 años
en Girar en descubierto, publicado en 1975, 
se titula A una magnolia muerta
de Poemas (1960-1992) Obras Completas, Editorial Don Bosco
para leer MÁS
su WEB

3 comentarios:

EG dijo...

Encontré este poema en un recorte de diario guardado dentro de otro libro que pertenecía a mi padre. Me llamó mucho la atención ya que el libro es sobre política y lo tengo hace unos cuántos años, y no lo había descubierto hasta ayer...oh sorpresa! poesía escrita por una mujer y guardada por mi padre! Evidentemente heredé el gen :)

Leo Mercado dijo...

Me quedo con el hecho de encontrar un poema en un libro, antes que con el poema.

EG dijo...

Si, claro!

También yo.

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