14 de octubre de 2014

Cristina Peri Rossi, Fantasmas


Fotografía de Lissy Elle Laricchia

FANTASMAS

Me pasé cuatro años intentando descubrir
       a quién me recordabas
       a quién evocaba
       cuando te amaba
       cuando te decía te quiero
       o iba contigo al cine
      
       Nada muy profundo
       simplemente una sospecha
       el síndrome de Rebeca

       alguien que está detrás de otra persona
       de una manera tan leve
       tan sutil
    
      que nunca llega a la conciencia

      La otra noche
      después de una lectura de poemas
      firmaba ejemplares
      de mi último libro

      una mujer se acercó
      la reconocí
      había estado  una sola noche con ella
      ni siquiera una noche completa
      ni siquiera una noche muy buena

      yo había huido vergonzosamente
      de su locura

      la reconocí
      esa mirada un poco desequilibrada
      (el descontrol entre los ojos y la boca
      que expresan cosas diferentes
      hasta opuestas)
      la sonrisa sádica y a veces masoquista

      el temblor de las manos
      entre la omnipotencia y el desamparo
      una belleza herida
      una belleza dolorida
   
      nos saludamos
      (ah esa nueva sumisión que yo no conocía
      y se debía exclusivamente al hecho
      de que yo había escrito el libro)

      le firmé el ejemplar
      pero ahora yo había hecho un gran descubrimiento
      ahora sabía a quién me recordabas vagamente
      te parecías a ella
      de una manera personal e intransferible
      de una manera que estaba en mi cabeza

      sólo
      que cuatro cinco años atrás
      la noche en que me acosté con ella
      lo hice porque me recordaba a otra
      a otra mujer a la que había amado
      diez años antes
      y no nos fue muy bien

      pero aquella otra mujer
      -a la que amé hace diez años-
      me recordaba a otra anterior
      a la que había amado intensamente
      y ahora estaba enferma de cáncer
     
      una cadena de replicantes

      los eslabones de una biografía de amor
         
      llena de espectros
      que conducen de una mujer a otra
      como los afluentes de un río
      que va a dar al mar
      que por supuesto, es el morir.

      Salvo que aquella mujer que amé
      intensamente en mi juventud
      fuera alguna otra
      que no puedo recordar.




Cristina Peri Rossi 
(Montevideo, Uruguay, 1941) 
Reside en España
ESCRITORA/POETA/LICENCIADA EN LITERATURA COMPARADA/PERIODISTA/TRADUCTORA
extraído de REVISTA TURIA
para leer MÁS  y MÁS

6 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

Recuerdos encadenadados.
Bien.

Por lo menos no se han perdido. Muy bueno el poema,
Gracias por compartir.
Feliz semana.

Unknown dijo...

Hermoso.

Errata y errata dijo...

Impresionante. Magnífico. No hay muchos poetas de su nivel.

Leo Mercado dijo...

Yo creo que esa Eva (mitocrondrial) existe. Sí. Acaso en el poema mismo está, ahí, detrás de algún verbo...

Sinuhé dijo...

Todos somos fantasmas recordando fantasmas...

Adriana Requena Durán dijo...

El amor como evocación. Deseo interminable de poseer lo que no existe.

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