¡Hola, chicas!
¿A que no adivinan qué encontré abajo,
justo entre el gimnasio y la lavandería?
Encontré un cachorrito de hombre.
Estaba tratando de esconderse, pobre. Lloraba.
Podríamos criarlo acá, ¿no?
Ya sé que Esther no va a querer
que nos lo quedemos
pero ella tampoco quiere
que pongamos caloventores
y a quién de nosotras le importó alguna vez.
Es chiquito, no gasta nada de electricidad
y estoy dispuesta a tenerlo conmigo
cuando pasen los inspectores.
¿Pueden dejar de mirarme así?
Él no va a ser como todos los otros que traje,
esos que me mordieron la mano y se escaparon
para ir a lamer a otras chicas. Pueden confiar en mí.
Esta vez voy a criar
a un hombre fiel.
Photo by Natan Wasserman |
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1 comentario:
me ha hecho reír.
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