Enterramos nuestro amor,
pusimos una cruz sobre la tumba.
"¡Gracias a Dios!" – dijimos los dos...
Y el amor salió del ataúd,
asintiendo con la cabeza, reprochó:
- ¿Que me hicieron? ¡Estoy vivo!
extraída de acá |
Una vez más el insomnio me ajusticia.
A través de los años y la oscuridad,
la caballería de fuego pasa
por mi destino y mi corazón.
Golpea mi pecho con sus herraduras
y sólo su sonido permanece.
Pensé que mi alma estaba muerta
pero ella arde, desgraciada.
(Moscú, Rusia, 1924 -1991)
Traducción de Natalia Litvinova
para leer más en TRADUCCIÓN DE POESÍA RUSA
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1 comentario:
Qué finales más impactantes. Grabados a fuego se diría....Abrazo!
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