Fotografía de Anja Niemi |
RING
El estadio es una hoguera.
Osvaldo Principi
De los fornidos cuerpos, caen las batas.
¡Señoras y señores, toca la campana!
Él en un rincón y ella en el otro.
Se miden, dan unos pasos, arman círculo.
Se han dicho tantas cosas en la semana.
Te voy a partir la cara el sábado.
Te voy a ver arrodillada pidiendo más.
La tensión está en el aire.
Los contrincantes se huelen y se acercan.
Ella alarga el brazo.
Él hace un juego de cintura
que ni Nicolino Locche.
No tienen ni un pelo de miedo los muchachos.
Se desafían igual que en la semana.
El silencio lo ha invadido todo.
Lo único que cuenta es este cuadrilátero.
Y, de un momento a otro,
comenzará el ataque.
Ella amaga ir a la boca, pero va al pecho.
Él aguanta el duro golpe y va girando.
Baja la mirada. Encuentra un punto flaco
y va con fuerza con la derecha.
Seguramente le valdrá unos buenos puntos.
Las piernas bailan
se entrecruzan, van y vienen.
Los músculos firmes se marcan en la lucha.
El cuerpo entero, bañado de sudor.
La respiración, agitada.
La carne de una choca
contra la del otro.
Los embates son cada vez más duros.
Qué gancho, por favor.
¡La sangre hierve!
Él mueve una vez más la cintura.
Entra y sale, sus descargas
no se detienen.
Ella se viene. ¿Podrá el morocho?
Pero qué golpe mortal, señores.
Miren las piernas de ella,
son tan fuertes.
Qué buena parada tiene la campeona.
¡Quema, quema, quema!
Pero atención, señores,
¡que ambos pugilistas han caído!
Han quedado tendidos en la lona.
El final es inminente.
Gran suspenso.
Pasan uno, cinco, ocho segundos.
¡Acaba, acaba!
¡Se termina!
¡Diez segundos! ¡Diez segundos!
Ninguno de los cuerpos ya se mueve.
¡Nocaut, señores, nocaut!
¡Nocaut doble!
¡Y qué magnífica pelea!
(poema inédito)
Obra de Mariel Clayton |
ASESINA
En la heladera de la asesina,
En la heladera de la asesina,
hay una cabeza
el hombre que amó
junto al frasco de mayonesa.
Esa noche
cita de velas y sahumerio por toda la casa
noche de jazz y trompetas
y platos gourmet.
Él cortó el hielo
dijo que amaba a otra.
Ella cortó el hielo de cuajo
y lo llevó a la heladera.
Y ahora
qué hacer con ese corazón
que aún bombea.
(del poemario inédito Hembrario)
(del poemario inédito Hembrario)
ASSASSINA
Nel frigorifero dell’assassina
c’è una testa
l’uomo che l’amò
vicino al barattolo della maionese.
Questa notte
appuntamento di candele e incenso per tutta la casa
notte jazz e trombe
e piatti gourmet.
Lui tagliò il gelo
disse che amava un’altra.
Lei tagliò il gelo con calma
e lo mise nel frigo.
E adesso
che fare con questo cuore
che ancora batte.
Fotografía de Patricia Villanueva |
yo era hombre
tenía diez años ese día
sentí el vacío encarnado en el vientre doloroso
la gravedad curvó los pechos lácteos y rotundos
un cuchillo mordió la fruta de mis labios
y liberó su jugo
ahora soy Mujer
(de Cuarto oscuro, Ediciones El Mono Armado, 2013)
DONNA
io ero un uomo
avevo dieci anni quel giorno
ho sentito il vuoto incarnato nel ventre doloroso
la gravità curvò i seni lattei e rotondi
un coltello morse il frutto delle mie labbra
e libero il suo succo
adesso sono Donna
(Traducción del CCTM)
Verónica Andrea Ruscio (Buenos Aires, Argentina, 1978)
su blog POESÍA ES REVELACIÓN
su blog de fotografía UMBRATIL
para leer MÁS
3 comentarios:
sllll (debe ser leído para adentro)
imagine esta frase: "gillette en el tobogán"
Bueno... ¿Vio ese frío que le corre por la espalda?... ¡Así me hizo el poema Mujer!...
¡No hay derecho!
Los leí ayer por la noche como tres veces cada uno. Me atrapó.
Besos. Y gracias de nuevo por el honor de colgarme en tu blog en un sitio tan central, Emma.
Te quiero un toco.
Sí, es toco, no poco sino toco, una de esas boludeces que decimos los uruguayos.
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