s/d del autor de la fotografía |
Rasuré su barba de coma y agonía.
Pero sobre todo rasuré su claridad y su ignorancia,
porque él ignora y padece,
como un animal quieto recién encandilado
Le saqué brillo
a la dureza del hielo y del asfalto.
Le saqué brillo a sus facciones de ciego.
Lo hacía y pensaba si le dolía realmente,
detrás de la coagulación y el desconcierto.
Pensaba que tuvimos oportunidad de acercarnos antes,
él y yo,
cruzar este mismo gesto
La delicadeza que es parte del miedo
a lastimar lo que vive
y su cara de no pensar
Cara de muerto de horas de no pensar,
de infección y olvido contra mis manos
suaves sobre su gesto de hombre
que está siendo aliviado, comprendido.
Qué habrá pensado tiempo atrás de esta escena
que alguien lo iba a afeitar después de muerto,
que alguien iba a ver su gesto de muerto afeitado.
Si este hombre tenía setenta años
y viajaba a mi lado en el colectivo sin voltear a verme
Pero miró mis manos agarradas al pasamanos una vez,
las miró como algo posterior y tibio,
como el reflejo absurdo
de lo que será para despojarnos.
Pero no fue ahí que él debía tocarme
ni que yo debía rozar con mi mano su gesto de vivir .
Era aquí y ahora,
Era aquí y ahora que debía afeitarlo,
dejarlo listo,
¿para quién? ¿para ir a dónde?
¿Para estar prolijo y ser puntual con quién?
¿Para convertirse en qué?
En incontestable furia, en leña, en adivino.
Lo que ha sido ya es ceniza.
Sólo muere en él lo que no ha vivido.
También hago mi duelo:
veo su cara
(Quizás él sienta envidia de esto
Quizás ya extravió su rostro y esté perdido bajo el agua).
Hago el duelo: asumir el desprecio de la muerte.
Intentar descubrir que le fascinó de este hombre,
por qué nos sigue ignorando
Rasuro la oscura belleza en el pelo blanco
mientras él sueña el roce de otra mano.
Quito la barba, la piel, el esmalte
mientras él algo dice con labios sellados.
¿Quién lo despertará de este sueño?
Laura García del Castaño
(Córdoba, Argentina, 1979)
del poemario inédito: El animal no domesticado
del poemario inédito: El animal no domesticado
para leer MÁS
su blog LA PALABRA SEMBRADA
5 comentarios:
comprendo, la comprendo.
me gustó mucho, por cercanía y trabajo.
besos y un fuerte abrazo.
Recuerdo perfectamente la primera vez que leí este poema en el blog de Laura. La conmoción, no sólo por lo que cuenta, sino sobre todo por la delicadeza y la belleza que le concede. Como un último don para aquel que ya fue despojado del todo...Un abrazo para ambas!
Increíble poema hermoso poema. Esta mina la descose.
La descose y la vuelva a coser.
¡Muy buena!
La foto de la mano, también me encantó.
Besos, Miriam.
Otra mujer que me toca muy adentro.
Besos
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