3 de marzo de 2013

María Laura Decésare, Confesiones (+1)


Fotografía de Raufino Rauf



                                   “Todos, todos duermen. Todos están durmiendo en la colina”.
                                                                                                     Edgar Lee Master

                                                                                  “Cerró los ojos silenciosos
                                                                  conservó la costumbre de no protestar”.
                                                                                                          Juan Gelman

AMANDA GRIS

En la placa de mi nicho colocaron una foto
con una frase que decía:
“Aquí yace la mujer más deseada”.
Los que me conocieron un poco van a reírse
al leer tal expresión.
En verdad, mi epitafio debió haber dicho:
“Esta mujer vivió más sola que un perro”.
No logré tener por mucho tiempo alguna compañía,
todos huían al conocer mi temperamento
y ahora estoy en este incómodo y pequeño sitio
rodeada de egoístas!


AMANDA GRIS

Sulla targa della mia nicchia hanno messo una foto
con una frase che diceva:
“Qui giace la donna più desiderata”.
Quelli che mi hanno conosciuta un po’ rideranno
a leggere tale motto.
In realtá il mio epitaffio avrebbe dovuto dire
“ Questa donna ha vissuto piú sola di un cane”.
Non sono riuscita ad avere una compagnia per molto tempo,
tutti fuggivano al conoscere il mio temperamento
e adesso sono in questo scomodo e piccolo
posto
circondata da egoisti!

(Traducción del CCTM)





Fotografía de Jonė Reed


LUCÍA VÁZQUEZ

¿Alguien vio a mi marido traer flores a esta tumba?
Algunos dirán que lo vieron visitar el cementerio,
pero no estuvo aquí, sino frente al sepulcro de Amanda Gris.
En vida, ese hombre egoísta y silencioso
oscureció mis días.
Mi amor no pudo conquistarlo
y ahora, como si hubiera sido poca la tortura,
me humilla con su desfachatez.
Pero aún en este sitio
seré una sombra feroz.



MARCO ROSSO

Descanso aquí, cerca del sepulcro de Amanda Gris,
la única mujer que amé.
Nunca me perdonó que me casara
con su vecina Lucía Vázquez.
Largos años padecí viendo desde mi ventana
su bella silueta inspirando miradas de importantes señores.
Hasta el juez Álvarez Arrieta pretendió desposarla,
pero ella conocía bien su fama de déspota.
En el barrio creyeron que tuve un accidente
y no que hundí el cuchillo en mi pecho
porque no soportaba vivir un minuto
más, sin ella.





BONUS TRACK

Cuelgan las estrellas de la ventana
y un eco de mugidos invade el cuarto.
La vara con su gancho se refleja 
en el espejo y él, sin dudar, marca a fuego
mi espalda con una letra muda.





María Laura Decésare 
(Rufino, Santa Fe, Argentina,1969)
de La Letra muda, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2010
su BLOG

5 comentarios:

En mi propia tinta dijo...

Gracias , querida, por la poesía
me hacés bien y me acompañás la noche
abrazo

Javier López-Gomis dijo...

También a mí me hace bien entrar aquí y leer poemas como estos, cargados de sensibilidad dramática y una palabra poética con una fuerza tan personal como del mundo. Geniales poemas.

Besos!

EG dijo...

Ey Lina! me quedaría de noche también despierta, te lo aseguro, pero mi cuerpo pide cama. Y es hermoso poder acompañarte así. ABRAZO

EG dijo...

J. Gomis...cuánto me alegro! qué bello debe ser para un poeta leer semejante declaración de un colega! besos

esa de afuera de mí dijo...

todo lo que aprendo con vos!
pfff gracias!

(sabes que en mi trabajo, cuando necesito conectar con lo bello, me pongo a leer tu blog?)

besos miles!

lil.

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