Fotografía de Karrah Kobus |
HORAS EXTRAS
El espejo salpica
una caricatura de cosméticos
se enfunda en dos talles menos
y clava los talones sobre un escalón de agujas
la silla en la que duerme le astilla los riñones
pero le tiene asco a las camas
a los faroles fisgones
a las ventanillas regateando obscenidades
a esa luz que gira
gira como un faro
ciega como un faro
pero no es referencia
ni esperanza
gira
hace siglos que el trabajo no escasea
tampoco el asco
malditas horas extras
(su señoría es propenso a tropezar con el cajón del expediente)
traga una bocanada pastosa
rescata un chicle apretado en el bolsillo
y acomoda las entrañas entre las caderas
al final de cuentas
no sabe vivir de otro modo
y a esta hora
a quién le quedan ganas de cambiar el mundo.
Alicia Perrig
(Villa María, Córdoba, Argentina, 1958)
extraído de MISPOETASCONTEMPORÁNEOS
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1 comentario:
Somos barcos que precisan de la claridad de un faro para orientarse. Me pregunto si algún día hallaremos el gesto que nos impulse a navegar por un océano nunca antes transitado...Curioso este poema. Cuando comencé a leer pensé que seria un poema parecido a otro poema, pero luego da un giro y me sorprende, y me deja pensando...
Beso
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