31 de agosto de 2012

Márgara Russotto, 3 poemas 3


(*)

DOSSIER

En la fase arcaica
las mujeres eran arrojadas
desde un alto muro
al nacer.
En la fase moderna
se divorcian
y asisten a congresos internacionales.
Algunas son altamente belicosas
lo que revela el estado primitivo de su
desarrollo.
Las decadentes o bizcas
no tienen género.
Su vida es bravísima
cuya primera mitad desperdician
arquitectando efímera belleza
a la cual parodian la segunda mitad.
Estamos desorientados.
      ¡Oh, sí, estamos desorientados!
Nada de lo explorado hasta ahora
coincide
con el deslumbramiento que narran los
libros.
No logramos explicarnos semejante
incongruencia.
Ni encontramos rastros
de la mitad que complementa
tan extraño espécimen.
Sólo sombras.
Restos de mutuos exterminios.
Sólo ellas quedan
con su lamento de raza extinguida.
       ¡Oh, sí, de raza extinguida!

[de Épica mínima, Caracas: Edición Cultural Universitaria, UDO/
Fundación José Antonio Ramos Sucre, 1996]



(*)


FRAGILIDAD SENTIMENTAL

A manotazos violentos
cada noche
podríamos
acariciarnos
hasta rectificar
el tibio arrebato de las proclamas
el transcurrir abstracto de los días
los surcos de cansancio entre los labios
Tú podrías matar mosquitos
saltando sobre la cama
como un pequeño alce
mientras de nuevo te diría:
¡Qué ágil y gracioso eres
en semejante oficio!
Yo te serviría café hirviendo
como cuando respetaba tu trabajo
y tú el mío
¿Te parece mucho pedir otro verano?
¿Un poco de mosquitos?


FRAGILITÁ SENTIMENTALE

Con violenti colpi
ogni notte
potremmo
accarezzarci
fino a correggere
il tiepido rapimento delle dichiarazioni
nel trascorrere astratto dei giorni
i solchi della stanchezza tra le labbra
Tu potresti uccidere zanzare
mentre salti sul letto
come un piccolo alce
mentre di nuovo ti direi
Come sei agile e buffo
in siffatta impresa!
Ti servirei caffè bollente
come quando rispettavo il tuo lavoro
e tu il mio
E´ chiedere troppo un’altra estate?
Un po’ di zanzare?



(*) Fotografías de Elif Sanem Karakoc


TRABAJO

escribo como una mujer
cerca de una ventana
como un hombre de lejos
se lava los brazos
y por las fisuras de una puerta
se injerta un naranjal
como si la historia fuese la sombra
de una liebre
golpeada
y su pulso
una tempestad que nadie escuchara.

[de Brasa, Ed. Fundarte, Caracas, 1979]





Márgara Russotto (Palermo, Italia, 1946) 
Vive en Venezuela desde 1958 
Premio de Poesía del CONAC
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8 comentarios:

vera eikon dijo...

El segundo es delicioso, y el tervero me dejó con deseos de escuchar esa tempestad. En cuanto al primero, supongo que algún día sucederá, que sólo queden las mujeres, como un lamento...Beso

Darío dijo...

Me encanta el primero. Es una fotografía perfecta...

Maria dijo...

Me gustaron los tres poemas conectados por quien los creó.
Veo un resumen, una sensibilidad y una realidad.
Saludos.

Leo Mercado dijo...

Yo, una vez, vi una mujer volar.

EG dijo...

Gracias Vera por pasarme el enlace con el primer poema sin errores. Tenía más de 3 palabras mal escritas. Y no me había dado cuenta! ABRAZO

EG dijo...

El primer poema Darío, le ha gustado mucho a los varones, por qué será?

EG dijo...

Gracias Ohma. Muy recomendable esta poeta que, hasta hace un par de días atrás, desconocía.
Abrazo.

EG dijo...

Afortunado usted Don Leo!!!

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