todavía me llama
de vez en cuando
escucho mi nombre entre las ramas
y dice que recuerda
exactamente
cómo se sentía
entre los brazos
la curva de esta cintura
ahora más gruesa
yo no digo nada
y recuerdo el primer día
cuando creí
que su voz en mi cuerpo
no era más
que escarcha sobre la tierra.
21.
yo sólo quería
que en medio de la noche
cuando los dos sabíamos que el otro
estaba despierto
–lo sabíamos porque conocíamos
nuestras formas de respirar
y también ese perfume
especial que exhala el cuerpo
a tu lado dormido–
me abrazara fuerte
fuerte y me dijera
despacio al oído
“eso debió dolerte mucho”
o “cuánto te lastimaron”
para después agregar
“no te preocupes
ahora no estás sola y todo
va a salir bien”
o algo por el estilo
me hubiera gustado creer
pero cuando le dije
lo que me había pasado
lo que el otro me había hecho
fue tanto su dolor que
se olvidó de consolarme y se alejó
se alejaron
su respiración y su perfume y nunca más
supe lo que era ese abrazo
fuerte en medio de la noche.
43.
como una perra oye
el sonido de la tormenta
o su fragor
antes de ver
el cielo quebrado por el rayo
la calma vibrando con el trueno
se asusta se refugia
en cualquier lado
y entonces empieza a llover como si
su miedo mismo fuera el que
prefiguró esa tormenta
escucho en el silencio de la ausencia
la próxima catástrofe
me tapo
con las frazadas
en la cama grande
espero que vuelvas pero sé
que es tarde
que nadie vuelve
de ese lugar
en que ya no
ya no se dice
nada.
de Como un iceberg, Paradiso, Buenos Aires, Argentina 2013
extraído de HABLAR DE POESÍA
para leer + en ZAPATOS ROJOS
5 comentarios:
Cuán complicado es percibir esa forma de respirar cuando no hay abrazo posible.
Me encantó, Emma. No la conocía. Sobre todo el segundo poema.
La soledad de la ausencia presente puede ser desgarradora.
Besos
Sólo este verso "que su voz en mi cuerpo
no era más
que escarcha sobre la tierra.", justificaría los tres poemas. Pero los tres son hermosos, y el segundo tan terrible...Beso
Delicadísima escritura...
Sí, sí a todos los comentarios...espero ansiosa la edición de este libro.
Anahí, sos muy generosa al permitirme compartir estos poemas.
Un abrazo Vera, Darío, Leo y Carmela!!!
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