29 de junio de 2012

Miriam Reyes, 3 poemas 3


Fotografía de Elif Sanem Karakoç



Todo cambia aunque yo me paralice
el mundo de afuera y el mundo de adentro
independientes de mis deseos
están en movimiento.
Luz y sangre viajan
a pesar de mí
y me sobreviven.

Los chopos
pelados esqueletos de peces plantados en la tierra
me traen recuerdos:
dedos, bocas, milagros.
No sé dónde estoy
pero sé que voy
camino a casa.


El cielo azul enmarcado por los huecos que abrieron las bombas
las hierbas cubriendo los arcos derruidos
el sendero de escombros y piedras.
Camino reconociendo todas las señales
de la vida que queda y de lo muerto.
Por dentro yo
soy como estas ruinas.





Miriam Reyes 
(Orense, España, 1974)
de Bella durmiente, Hiperión ediciones, 2004
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4 comentarios:

el maquinista ciego dijo...

Por suerte los caminos, los días, la luz,..., todo permanece y se mantiene en constante latido y movimiento por encima y a pesar de nosotros...
Cada vez me gusta más esta mujer, que no es poco!
Abrazo, Emma (y buen fin de semana ;))

Darío dijo...

Siempre es un placer...

EG dijo...

Y todavía hay más!!! <3

Saludos Sisu!!! Saludos Darío!!!

Lucas Fulgi dijo...

" Camino reconociendo todas las señales
de la vida que queda y de lo muerto."

Quizá toda la vida es un poco eso. Lo vivo alimentándose de lo muerto. O haciendo que lo muerto viva de nuevo, si se quiere.

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