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Reconozco que quise
caminar por todo el mundo
y por tu espalda,
que aún sueño
con la pampa chilena
-las montañas surgen como respiraciones-
que aún peco
con la incestuosa idea
de desear la tierra,
de romper con los dientes
la ropa de mis hermanos.
Reconozco que no entendí
más viaje que el balanceo
de tu bolsa y pendiente
-las niñas siempre miran las orejas-
como una órbita
o un cinturón poco seguro,
y admito que, como Bovary,
yo también dibujo
en los planos de París
recorridos que no haré
y como ella
yo también puedo sentir
el rumor de sus calles.
Reconozco que mis manos
y mis pies no están tan sucios
como me gustaría ni tienen
la orografía de otros montes
ni mi piel restos
de mapas en aguafuerte.
Es cierto que quise
compartir picaduras de mosquitos
en Iguazú o una noche de sol
en Laponia.
Reconozco, como quien ofrece
agua en el cuenco de sus manos,
que todos los caminos
acababan en tu espalda,
todas las marcas de tu cuerpo
eran geografía y río
porque aún soy ingenua:
guardo en el cajón
restos del último billete
que usamos para perdernos.
Sofía Castañón
(Gijón, España, 1983)
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7 comentarios:
Muy bueno el poema todo, pero la estrofa final es exquisita.
Un abrazo, Emma.
Leo
Una exsquisitez, como decirtelo...
Linda Sofía
Cada poema de ella que leo me gusta más.
Un beso Emma
Precioso viaje, he viajado por su cuerpo, mundo y sentimientos con sus versos.
Emma, te dejo un enlace que quizás ya viste, de un vídeo de ayer sobre las nuevas escritoras sudamericanas que publicaron en la revista de literatura del País.
http://www.elpais.com/especial/babelia/america/viernes/
besos y buen fin de semana
Gracias Aka, no lo había visto! Me pone contenta notar esta onda expansiva sin fronteras.
Un abrazo/beso
Me gusta.
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