21 de junio de 2011

María Paz Levinson, De repente te detuviste...

Fotografía de B. Berenika


De repente te detuviste y
compraste tres duraznos
en una verdulería de un barrio cualquiera
tocaste las frutas, el color era hermoso
tenía zonas amarillas y el degradé llegaba al rojo oscuro
muy suaves en su punto
cuando las probaste se te transformó la cara
y disfrutaste de esa carne fresca
los vendedores eran dos
una mujer y un hombre
estaban inclinados sobre un recipiente
pelaban zanahorias y se miraban con deseo
interrumpiste la escena para comprar los frutos
y ellos lentamente reaccionaron
cuando les pediste que los laven
no podías esperar a llegar a casa
te gustó pensar que todas las frutas de esa verdulería
eran así de dulces y sabrosas
porque estaban contagiadas de la piel suave,
de la carne que no quiere descansar.

Olvidaste un durazno en mi casa
por alguna razón éramos dos
pero vos compraste tres.

plötzlich bist du stehen geblieben und
hast drei pfirsiche gekauft
an einem obststand irgendwo in der stadt
du berührst die früchte, ihre farbe ist so schön
gelb gescheckt und ein tiefes rot am stilansatz
weich, wenn man hineinbeißt
als du sie probierst, verwandelt sich dein gesicht
und du genießt ihr saftiges fleisch
die verkäufer sind zu zweit
ein mann und eine frau
sie beugen sich über eine schüssel, schälen
rüben und sehen sich verlangend an
du unterbrichst den moment, um die früchte zu kaufen
und sie reagieren nur langsam
du bittest sie, das obst zu waschen
          du kannst es nicht bis nach hause erwarten
dir gefällt die vorstellung, dass alle früchte an diesem stand
so süß und voller geschmack wären,
weil sie angesteckt sind von weicher haut,
von körpern, die niemals müde werden.

einen pfirsich hat du bei mir vergessen
es mag einen grund haben, dass wir zwei sind
doch du hast drei gekauft.

(übertragen von Anne Fahß und Timo Berger)



María Paz Levinson 
(Bariloche, Río Negro, Argentina, 1978)
POETA/SOMMELIER
su blog INVENTARIO DE UNA VITRINA
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4 comentarios:

vera eikon dijo...

Bonita escena, de fragantes sensaciones. Pero el final me descoloca...
Bos días!!!

Anónimo dijo...

Deseo en el aire, que se posa sobre la fruta. Tanta sensualidad que queda ahí, abierta, pendiente.
Me encantó.
Besos

Darío dijo...

Tres? Mmmmmmmmmmmmm...que sugerente...me gusta el tres, no tanto el dos. Mmmmmmm...el poema es una locura, tiene color , aroma y sabor, una locura.

Leo Mercado dijo...

Es el número 32. Y punto.
Jajajajaja.
Muy buen texto.

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