5 de abril de 2011

Marguerite Duras, Hospital silencio

(*)

HOSPITAL SILENCIO

Se trata de mujeres, y sólo de mujeres, de gran cantidad de mujeres que abortan en una carnicería ultra moderna y especializada, un hospital parisino. Estamos zambullidos en el olor de la sangre, el de la carne humana, fetal, y en el de la mujer que la hace, que hace los hijos. Es para huir de ello. Estamos zambullidos en los menstruos de la mujer, sus ciclos lunares de sangrado. Es para huir de ello y es maravilloso porque está escrito, y para siempre. Esta extirpación, esta extracción del niño se muestra también aquí en cadena, pero caso a caso.

Hospital silencio no es en absoluto una requisitoria a favor o en contra de la libertad de aborto. Es un libro de literatura. Un escrito. Un texto. Sólo la literatura podía estar a la altura de este drama. El periodismo, con raras excepciones, no. Porque se queda en la puerta y sólo muestra lo aparente: precisamente lo que la literatura desdeña. A la literatura le pertenece todo. Toma y recompone. O recompone el mundo o no existe. Si no recompone el mundo que se vaya a paseo. Creemos librarnos de un feto y somos ya portadoras de un niño. Y abortar es matar al niño. También ahí reina la mentira, la hipocresía de la desesperación de las mujeres. Las mujeres no dicen nada. El escrito restablece la verdad o, más exactamente, la propone: al igual que cada muerte es la muerte, cada niño es el niño. Nadie ha hablado de Hospital silencio

Tal vez los hombres no han podido leerlo, asqueados, y las mujeres no han escrito sobre ello para no disgustar a los hombres.
Pero, leído o no, ese libro seguirá vivo en la literatura. Un gran libro silenciado hasta ese punto, significa algo.




Marguerite Duras 
(Vietnam, 1914 - París, 1996)
Le Monde extérieur, Paris, P.O.L., 1993, p. 147
en El Mundo exteriorEditorial Plaza&Janés Editores, 1994
artículo sobre Hospital silencio, de Nicole Malinconi
Editorial de Minuit
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5 comentarios:

vera eikon dijo...

Me pones los pelos como escarpias querida Emma. Justo ayer caminaba por la playa y pensaba en la variable de un relato sobre el aborto(no es que pensara en escribirlo, sólo me planteaba si sería capaz...lo dudo)Y ahora te leo...Claro que la literatura alcanza cotas que no alcanza el periodismo. Tan sólo los poetas escriben con el envés de las palabras

Malena dijo...

Difícil tema.
¿Mata a un niño la mujer que saca al embrión de su útero?
¿Mata a un niño el médico que descarta embriones congelados en las clínicas de fecundación?
¿Muere un niño cuando la naturaleza impide que el embarazo avance más allá de los tres meses de gestación?
¿Por qué la ley permite el aborto cuando el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente? (Art. 86 del Código penal Argentino). ¿Es menos niño ese niño por la perversión del padre o la incapacidad de la madre?



Yo estoy a favor del aborto. No siento que muera un niño. Realmente no lo siento. Se interrumpe un embarazo. Es otra cosa.
Por supuesto que es una situación de mierda por la que ninguna mujer tendría que pasar, mucho más teniendo en cuenta la cantidad de métodos anticonceptivos actuales. Pero pasa. Y cerrar los ojos es en vano.

EG dijo...

Hola Vera, hola Malena! Subí esta entrada no muy convencida de qué quería decir y/o transmitir, tanto Marguerite como yo al mostrarla. Mi pensamiento personal es como lo que manifestás vos Malena, tal cual.
En parte quise mostrar, cómo habiendo pasado 25 años desde que
M.D. escribió ésta crítica del libro, sigue siendo un tema basatante complicado de abordar.

También yo estoy a favor del aborto. Pero mucho mas a favor de empezar a hablar sin miedos. Y empiezo por mí y voy por ustedes! Gracias por opinar. Un abrazo a ambas.

vera eikon dijo...

Me pasa como a tí Emma, creo que no sé muy bien lo qué quiere decir. El tema del aborto es un debate que de vez en cuando se reabre, pero en realidad no hay debate. La clave está en la primera frase "se trata de mujeres y sólo de mujeres".Porque es un tema que concierne a la mujer, quien se enfrenta, sin duda, a una de las situaciones clave de su vida. Y es ella la que asume las consecuencias de su decisión ¿o acaso se creen los antiabortistas que es fácil?La sociedad lo único que tiene que hacer es garantizar que estas circunstancias tan duras tengan lugar en las condiciones óptimas. Finalmente debe ser la mujer quien decide...
Besos

EG dijo...

Tu frase final es certerísima.
Besos Vera!

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