Ilustración de Joanna (Asia) Concejo |
QUERER
Esperé en el pasillo mientras su mujer
preparaba todo para la noche,
ajustaba el goteo, limpiaba la saliva
seca de las comisuras de sus labios,
comprobaba que la escupidera estuviera cerca,
el timbre prendido de la sábana.
como un chupador a la cuna.
Mientras, yo pensaba en el goteo,
en la manivela de acero de la cama.
en el timbre, la taza, la luz. Siempre lo supe
un objeto en un mundo de objetos.
Y es que no hablaba, a veces, por una semana,
se limitaba a hacer esas señas suyas:
si abría y cerraba los dedos como un pico,
mujeres parloteando; si se golpeaba la frente,
la estupidez de las mujeres te destruye.
Yo había dejado de esperar que me hablara
con sinceridad antes de morir. Aguardé
junto a la enfermería, donde las mujeres dejan
las flores cuando se llevan sus bebés a casa.
Cuando ella salió de su habitación estaba radiante:
él le había tomado las manos, le había agradecido
cuanto había hecho por él durante veinte años,
y después le había dicho: Quiero dedicarte
el resto de mi vida.
Sharon Olds
(San Francisco, EE.UU., 1942)
de El padre, Bartleby Editores, (edición bilingüe), 2004
Traducción de Mori Ponsowy
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3 comentarios:
"Siempre lo supe un objeto es un mundo de objetos". Me dejó pensando.
Un beso,
coincido con Maia...es para pensarse,en sí todo el poema...me recordo alguna vez un episodio parecido,me encanta tu buen gusto Emma.
Muy inquietante, muy. Olds, definitivamente, es mi preferida.
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