VIAJE
Estoy inundada de sudor
como si me empezara a derretir.
Me voy mañana de este mundo,
tengo un cuchillo
o dos
por si me falla el pulso.
Adiós.
Mañana ha de hacer sol.
Los caminos de nuevo
tendrán calor de pasos.
Que tengas suerte
cuando sea nuevamente día
cuando de nuevo sea noche
y levantes la voz y nadie te responda.
Adiós.
No me perturba
el armario que permanecerá cerrado
la puerta que permanecerá con su valor de puerta
y con su llave inútil.
Un día
también yo tuve pena
y tú te fuiste
y fue inútil la llave
el agua
el día
la noche tejiendo su orfandad
el humo triste del cigarro
la música y la televisión.
Me importaba tu ropa con la mía
las dos escobillas de dientes en el vaso
el hisopo junto a la barra del rouge
y las pequeñas cosas de ser todos los días una pluralidad la vida,
y tú te fuiste
dejando el tubo de pasta a medio consumir
la hoja vieja de la máquina de afeitar
con la que ahora deshago mis costuras
o le saco punta al lápiz de las cejas.
Te fuiste
y un huracán de vientos negros
fue barriendo la casa.
Hoy vuelves
o mañana
y entrarás en la abertura del cerrojo
la llave que sigue en tu llavero
y silbarás tres veces
anunciando como siempre tu llegada
y andarás a las voces sin que nadie responda.
Tirarás sobre los muebles tus objetos
los zapatos que mañana habría que limpiar
los pantalones arrugados por el viaje
las camisas sucias
y todo ese celemín de cosas
con que andan los mortales por la vida.
Yo no estaré ese entonces.
No habrá nadie que duplique con ceniza
la ceniza de tus cigarrillos
nadie que responda con palabras
a las palabras tuyas.
Entonces empezarás a sentirte un poco desdichado
un poco solo
un poco ajeno a todos los bullicios
y te vendrán ganas de orinar
mientras preguntas a dónde me habré ido.
En alguna estrella estaré riendo
y de pura pena de verte tan caído
me darán ganas de volver
para besarte.
Pero me voy
me he ido para siempre.
Carmen Ábalos
(Santiago, Chile, 1921-2003)
para leer algunos poemas de Memoria involuntaria,
como si me empezara a derretir.
Me voy mañana de este mundo,
tengo un cuchillo
o dos
por si me falla el pulso.
Adiós.
Mañana ha de hacer sol.
Los caminos de nuevo
tendrán calor de pasos.
Que tengas suerte
cuando sea nuevamente día
cuando de nuevo sea noche
y levantes la voz y nadie te responda.
Adiós.
No me perturba
el armario que permanecerá cerrado
la puerta que permanecerá con su valor de puerta
y con su llave inútil.
Un día
también yo tuve pena
y tú te fuiste
y fue inútil la llave
el agua
el día
la noche tejiendo su orfandad
el humo triste del cigarro
la música y la televisión.
Me importaba tu ropa con la mía
las dos escobillas de dientes en el vaso
el hisopo junto a la barra del rouge
y las pequeñas cosas de ser todos los días una pluralidad la vida,
y tú te fuiste
dejando el tubo de pasta a medio consumir
la hoja vieja de la máquina de afeitar
con la que ahora deshago mis costuras
o le saco punta al lápiz de las cejas.
Te fuiste
y un huracán de vientos negros
fue barriendo la casa.
Hoy vuelves
o mañana
y entrarás en la abertura del cerrojo
la llave que sigue en tu llavero
y silbarás tres veces
anunciando como siempre tu llegada
y andarás a las voces sin que nadie responda.
Tirarás sobre los muebles tus objetos
los zapatos que mañana habría que limpiar
los pantalones arrugados por el viaje
las camisas sucias
y todo ese celemín de cosas
con que andan los mortales por la vida.
Yo no estaré ese entonces.
No habrá nadie que duplique con ceniza
la ceniza de tus cigarrillos
nadie que responda con palabras
a las palabras tuyas.
Entonces empezarás a sentirte un poco desdichado
un poco solo
un poco ajeno a todos los bullicios
y te vendrán ganas de orinar
mientras preguntas a dónde me habré ido.
En alguna estrella estaré riendo
y de pura pena de verte tan caído
me darán ganas de volver
para besarte.
Pero me voy
me he ido para siempre.
Carmen Ábalos
(Santiago, Chile, 1921-2003)
para leer algunos poemas de Memoria involuntaria,
7 comentarios:
Que sensación de vacío o de impotencia. Quedarse para reprocharle al otro que se fue, y saber que no volverá o volverá, de alguna forma.
De dónde sacás estas cosas tan belllas??? De dónde!!!!!!
Curiyú, las encuentro de diferentes modos, en distintos lugares, no solo ando en blogs, ando en otras redes sociales, hay personas con un gusto especial...y yo me adhiero a ese gusto, que fijate, no es el gusto de muchos, no es mejor ni peor, no lo valoro, solo es diferente. Y viniendo de vos, es un halago, no solo sos un gran lector sino un gran escritor.
sencillo y conmovedor. quizá lo más difícil sea escribir así, aunque no haya enigma ni respuestas que salir a buscar en tu cabeza. me gusta esta anticipación, es como un fast forward imaginario. tu caja de tesoros, emma ... y me quedé colgada, literalmente colgada, del texto anterior. es de una fluidez y una ternura desarmante. y habla hermosamente de la impotencia del lenguaje para leer las constelaciones de los ojos. la foto (para variar ...) es perfecta. adoro tus sencillas zapatillas con cordones laaaargos y blanquísimos. serían blanquísimos aunque estuvieran sucios. no te las quites nunca.
no me las quito...solo para lavarlas...o para ir al trabajo! pero, no temas Pájaro, sus cordones son marrones =)
ABRAZO
La suicida cuenta tod antes, así? Se toma su tiempo..no? Digo... por qué no se mata y ya?
(Si hasta el clima describe..!) jijiij...
Besosssss
Nina, alguien debe saber lo que se siente, mas allá de ella, y nos lo está contando...
Ni aún en sus últimos momentos aquí hay un lugar para ella misma...todo parece ser en función del otro.
Salvo escapar a una estrella, pero...espera... ni aún así!
Verás y sentirás su pena y querrás volver. Aunque te hayas ido para siempre.
Roberto
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