25 de junio de 2024

Rachel Galvin, 2 poemas 2


Ilustración de Maia Koenig
MI VIDA CON CAPITAL PRIVADO

Me levanto y tropiezo hacia el baño,
arranco algunas hojas de papel higiénico 
producidas por una empresa de capital privado.
Vierto un vaso de agua provista por capital privado.
El capital privado quiere saber a quién veré hoy, dónde iré y cuándo.
Salto a la ducha, cierro la cortina rayada de capital privado.
El capital privado fabrica cada minuto de mi reloj: noto que
es hora de pagar mi hipoteca a una empresa de capital privado
que solía ser llamada saqueador corporativo,
recuerda los ochenta, cuando las corporaciones usaban pastillas venenosas
y paracaídas dorados para evitar apretones de manos dorados,
cuando Gordon Gekko dijo “La codicia,
a falta de una mejor palabra, es buena“.
Detrás de mis lóbulos rocío un poco de Eau de Capital Privado.
Aplico mi rímel de capital privado mientras el capital privado
mantiene mi ojo privado en el espejo y trago
mis medicamentos matutinos de capital privado, me sueno en el blando pañuelo desechable de capital
privado, que registra mis secreciones, a falta de una mejor palabra.
El capital privado grafica mis bioestatos, quiere conocer
mi temperatura corporal. El Capital Privado rastrea cuando voy a menstruar.
Me pongo una bufanda de capital privado sobre mi ropa de capital privado,
abrocho mi abrigo cortesía del capital privado,
que desea testear el pH de mi sudor
y medir mi sistema inmunológico. Te confieso:
sé que esta noche cuando llegue a casa, el capital privado
estará reclinándose en el sofá, esperándome. El capital privado quiere
su propio striptease privado, el capital privado quiere que me saque la polera,
me va a pedir que lo acaricie, que le pegue, que lo pellizque,
el capital privado está listo para cualquier cosa, el capital privado quiere meterse,
se ha vuelto bien codicioso, me enseña a ser voraz
así como le gusta, y ahora el capital privado quiere que le diga que es sexy,
es un negocio sexy sexy, capital sexy, sexy y se ha metido en lo mío,
mi privacidad, es piratería, quiere que le diga, sólo dilo, y me quiere.

de Elevated Threat Level, Green Lantern Press, 2018 
Finalista de la Serie Nacional de Poesía en EE.UU.
Traducción de Galo Ghigliotto
Leído en LETRAS EN LÍNEA


Elevated Threat Level, Green Lantern Press, 2018 
MY LIFE WITH PRIVATE EQUITY

I wake up and stumble into the bathroom,
tear off some toilet paper produced by a private equity firm.
I pour a fresh glass of water provided by private equity.
Private equity wants to know whom I’ll see today, where I’ll go and when.
I jump in the shower, closing the striped curtain of private equity.
Private equity fabricates each minute on my clock. I realize
it’s time to pay my mortgage to a private equity firm
that used to be called a corporate raider:
remember the 1980s, when corporations used poison pills
and golden parachutes to avoid golden handshakes,
back when Gordon Gekko said “Greed,
for lack of a better word, is good.”
Behind my earlobes I spritz a little Eau de Private Equity.
I apply my private equity eye makeup while private equity
keeps a private eye on me in the mirror and I swallow
my morning private equity drugs, blow my nose into the soft tissue
of private equity, which records my secretions, for lack of a better word.
Private equity is charting my biostats, it wants to know
my waking temperature. Private equity is tracking when I’ll menstruate.
I throw on a private equity scarf over my private equity clothing,
zip up my coat courtesy of private equity,
which wishes to test the PH balance of my sweat
and measure my immune system. I confess to you:
I know that tonight when I get home, private equity will
be lounging on the couch, waiting up for me. Private equity wants
its own private dancer, private equity wants me to take my top off,
it’s going to ask me to caress it, stroke it, pinch it,
private equity is ready for anything, private equity wants in,
it’s gotten good and greedy, it’s taught me to be voracious
just the way it likes, and now private equity wants me to say it’s sexy,
it’s sexy sexy business, sexy equity, sexy and all up in my private business,
my privacy, it’s piracy, it wants me to say it, just say it, and it wants me.



Fotografía de Luis Torres (EFE)
PRODUCTOS FRÁGILES

Personas migran en camiones repletos o en autos repletos
Personas se aferran a trenes de carga o a balsas inflables
Sin cobertores ni pañales ni cojines ni papilla ni alimentos

Personas viajan a pie y viajan de noche y esperan
Un niño cae de un camión de carga y se rompe los brazos
En campamentos personas esperan a sus hijos y esperan

Cuerpos de niños cubiertos de mylar
como productos frágiles como bolsas de papitas como granadas
Esperan los panes de queso congelados mientras cae la nieve como ceniza

Esperan todo el día para jugar en un patio con rejas
mientras que en esa misma cuadra el restaurant se sigue llenando
de gente y se vacía y se llena y me pongo a pensar

en el trabajo que implica preparar esa comida y servirla:
plantar semillas, cosechar productos, transportar comida
blanquear manteles, servir mesas, cobrar todas esas tarjetas de crédito

Un torbellino inacabable de finanzas circunda los desperdicios
Tantas cosas y tantas cosas y tantísimas cosas y cosas y pienso
en quién hace en quién compra en quién usa todas las cosas

Productos frágiles como cuerpos de niños detenidos
Niños que duermen en tiendas de almacén arropados de productos fantasma
acurrucados en hilera tras hilera de mallas metálicas, de luces fluorescentes

día y noche agentes y cámaras y agentes y cámaras
colchones en el cemento y colchones en el cemento y paños húmedos
y paños húmedos y paños húmedos en vez de duchas y bolsas
de papitas y bolsas de papitas de papitas de papitas

de Uterotopia, enero 2023
Traducción de Valentino Gianuzzi
Leído en VALLEJO&Co.

 Uterotopia, enero 2023

TENDER COMMODITIES

People migrate by crowded bus or by crowded car
People cling to a freight train or an inflatable raft
No blankets, no diapers, no pads, no formula, no food

People travel by foot and travel by night and they wait
A boy falls off a freight car and breaks both arms
People wait in encampments for their children and they wait

Caged children’s bodies are wrapped in Mylar
like tender commodities like bags of chips like hand grenades
They wait for frozen cheese sandwiches as snow falls like ash

They wait all day to play in a fenced-in courtyard
while around the block the restaurants keep filling
with people and emptying and filling and I think

about the work it takes to prepare those meals
and serve them: crops grown, produce picked, food shipped
linens bleached, tables bused, credit cards charged

A weary swirl of finance crowds around the waste
So many items so many items so very many items and items
I think about who’s making who’s buying who’s using all the items

Tender commodities like the bodies of detained children
Children sleep in a retail store cuddled by ghost commodities
nestled in rows upon rows of chain-link fence, fluorescent lights

all day all night agents and cameras and agents and cameras
bed pads on the concrete and bed pads on the concrete
and wet wipes and wet wipes and wet wipes instead of showers and bags of chips
and bags of chips and bags of chips and bags of chips


Rachel Galvin
(Chicago, Illinois, EE.UU., 1972)
POETA/TRADUCTORA/ACADÉMICA
para leer una entrevista en COLUMBIA JOURNAL

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