2 de marzo de 2021

Pilar Blanco, Tiempo es que la piedra pueda florecer (+2)


Ilustración de Laurie Lipton

TIEMPO ES QUE LA PIEDRA PUEDA FLORECER

Lo
Mismo
nos ha
perdido, lo
Mismo
nos ha
olvidado, lo
Mismo
,nos ha -

No, no se quedarán solos los pájaros
cantando un frenesí de esporas y semillas.
Detrás de los barrotes quizás asome un tallo su verdecer insólito,
quizás ardan en nieve los cerezos
y vuelvan a su industria las hormigas
y repunte el milagro de la higuera
y el agua sea música en la quietud del musgo.

Cuando todo termine,
cuando se recuperen los umbrales,
las llaves en su clavo,
los pies en los zapatos y en su huella,
¿Quiénes seremos? ¿Qué contará otra vez la matemática,
qué dirán los periódicos,
cuántas sillas estrenarán su círculo vacío,
cuánta almohada sin peso,
cuánto plato sin nombre y sin cuchara?

Cuando todo termine nada habrá terminado.
Se pasará otra página de la biblia del mundo
impregnada en veneno. Como ayer, como siempre.
Sobre ese pergamino
ya han empezado a escribirse los pudieras:
Epitafio.
Esperanza. 

en Versos Versus Virus, abril 2020
Selección de Pablo Blanco


B O N U S  T R A C K (x2)
                                              
Ilustración de Laurie Lipton
                           
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.
 Abruma
la mordedura rabiosa del dolor,
la quemadura dulce, casi niña,
que ha venido a quedarse,
que se sienta a mi mesa e interroga.
Si no sé  lo que quiere
Si no sé lo que quiere con sus ojos
Si no sé  lo que quiere con sus ojos decirme.
Si he perdido la mano con la que retenía,
el pie con el que huyo,
la lengua en la que invoco: “¿y yo qué soy?”,
qué
soy
(yo mismo el más perdido
sin arena y desierto, sin abismo
de código insondable)…
Me abruma
la rabia mordedora del dolor,
la urgencia por abrirme de par en par la carne,
el cuerpo en alma viva.
Y saber que el gusano
de este desasosiego se fortalece en mí.
Yo lo alimento.


Ilustración de Laurie Lipton

BIOLOGÍA HUMANA

Apenas el trazado de un dedo sobre el agua,
El levísimo rastro de un aroma, un sonido,
La imperceptible huella de un insecto
Que pasa y ya no es vida.
               Y a nadie dio dolor.
Ése es tal vez su paso
Por esta geografía de tierra blanca y mar,
De cielo abierto y mar sobre la vista alzados.



Pilar Blanco Díaz
(Bembibre, León, España, 1959)
Reside en Alicante
POETA/ESCRITORA/PROFESORA DE LENGUA Y LITERATURA/
LICENCIADA EN FILOLOGÍA HISPÁNICA/ACTRIZ
para leer una entrevista en EL COLOQUIO DE LOS PERROS


1 comentario:

lunaroja dijo...

El segundo poema es estremecedor...
Qué buenos trabajos!

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