23 de septiembre de 2019

Edna St. Vincent Millay, Soneto XXIX


Fotografía de Alexander Hackenschmied

SONETO XXIX

Corazón, no tengas piedad de esta casa de huesos:
hazla temblar con bailes, de júbilo échala abajo.
Ningún hombre la posee en hipoteca; es solo tuya;
para darla, venderla en subasta o derribarla.
Cuando estés ciego a la luna que cae sobre la cama,
cuando estés sordo a la gravilla en los cristales,
¿chasqueará en su lugar la trémula cautela de esta casa
la lengua ante las travesuras de verano en la calleja?
Todo lo que la deliciosa juventud se abstiene de gastar
la atropellada edad lo heredará, y acabaremos
bajo tierra; por lo tanto, mientras seamos jóvenes, amigo...
es un vulgar latín, pero el consejo es sensato.
Juventud, no tengas piedad; no dejes ni un penique
para que lo invierta la edad en transigencia y miedo.



XXIX

Heart, have no pity on this house of bone:
Shake it with dancing, break it down with joy.
No man holds mortgage on it; it is your own;
To give, to sell at auction, to destroy.
When you are blind to moonlight on the bed,
When you are deaf to gravel on the pane,
Shall quavering caution from this house instead
Cluck forth at summer mischief in the lane?
All that delightful youth forbears to spend
Molestful age inherits, and the ground
Will have us; therefore, while we're young, my friend--
The Latin's vulgar, but the advice is sound.
Youth, have no pity; leave no farthing here
For age to invest in compromise and fear.









Edna St. Vincent Millay 
(Rockland, Maine, 1892 - Austerlitz, Nueva York, 1950)
PREMIO PULITZER DE POESÍA 1923
de Fatal Interview, Harper&Brothers, New York, 1931
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