13 de abril de 2018

Inés Aráoz, 3 poemas 3 (+1)


Fotografía de Susanna Majuri


ESTE PEQUEÑO BARCO CON SU TIERRA A CUESTAS

En esta misma casa
De cuya navegación me ufano
En el secreto movimiento
De mis células más íntimas

En esta misma casa
Estática
Que construí con la pasión
De quien va a montar su primera obra
El techo de los pobres
El techo de los ricos
El de quien al fin agacha la cabeza
Y entra al mundo

En esta misma casa inserta en una selva
Antes solo Sirio brillando algunas noches
Y en la que florecen los acantos al llegar octubre
En esta misma casa
Y entre sencillos actos repetidos día a día
Como enderezar los cuadros de un costado
O bien del otro
Los primeros de Diciervo que colgara entonces
Cuando con ojos de navegante miraba en lo alto
En las hojas de las palmeras
El leve balanceo de las paredes sin techumbre
Y me preguntaba cómo sellar
Ese último reducto de libertad
Que haría de mi casa un templo

En esta misma casa
Que apenas si ha cambiado su apariencia
Es verdad que los hexágonos del piso
Me traen ahora a la memoria
El cielo de las aguas que en el Mediterráneo bañan
Las playas de Tipazá
Es verdad que el adorable pájaro ptitza
Aletea de cuando en cuando entre estas paredes blancas
Siempre blancas

En esta misma casa
Desde la que me gusta contemplar a las tortugas
Devorando los capullos recién caídos de la rosa china
O el feroz combate de las grandes hormigas que luego
Por la noche
Roerán de a poco la pinotea del cielorraso

En esta misma casa a cuyas puertas y ventanas
Los benteveos acuden en noviembre
A depositar su ofrenda de moras duras
En esta misma casa me pregunto
En qué puerto estoy
¿Es posible que este pequeño barco con su tierra a cuestas
De lapachos y palmeras
Teros guardianes
Y la mirada entrañable de algunos perros
Haya navegado tanto que pueda yo decir
Un hijo tengo y no tengo un hijo?

Jugando con los hilos de la luz
Hacer la propia casa y navegar hacia lo alto
Y el corazón que arde
Girando
Girando
Girando
¿Cómo decir esta misma casa y el poema
Solo buscan la piqueta o el silencio evanescente?
¿Cómo hacer del propio barco la navegación
sin perder el rumbo?
¿Del rumbo hacia lo alto el propio barco?





Fotografía de Susanna Majuri


POEMA

Dedicado a Dolores Etchecopar

Ningún dios puedo crear que me devuelva el universo
¿Por qué tuve que nombrar?

Pasión del nombre primer espejo
(No cabe en mí mi muerte)
que nos roba el árbol, la nube
y el primer espejo

Sólo la palabra para horadar la palabra
Palabra frontal, arco, tangente
Silencio
Palabra muerte roscada, a derecha y a izquierda,
repetidas veces

La palabra sol o poema
La palabra barco navegando entre palabras
con panzas de plata
Cargando poetas cargados
de buenas y filosas palabras
para trizar el lenguaje de las cartas marinas
La palabra amor llevada y traída
en el pico del pájaro ptitza
dulce palabra de Gogol en sus playas
El casco de la palabra

Acaso sea el universo la palabra




Fotografía de Katy Grannan


LAS PALABRAS QUE ARROJO A LA OTRA ORILLA

Aún me pregunto
Si quien lee estas palabras
Si cada palabra mía en quien las lee
Es contemplación piadosa de su corazón
Sobre un estandarte tendido en un campo de batalla
Ya silencioso
O será cada palabra en el corazón ajeno
Mi última muerte, la más reciente
Que se me otorga
Entre bambalinas

de Echazón y otros poemas, Nuevohacer - 
Grupo Editor Latinoamericano, 2008


B O N U S  T R A C K 


FLORACIÓN DE UN CACTUS

Gota de silencio
Que miro, que miro
Y aún mis ojos no ven
Sino el color
La planicie del pétalo menor
¡Cómo decir menor!

Es el día de su crecimiento
La hora justa de su vida
Lo sé, lo sé. ¡Oh!
Ser mis ojos la flor…



Inés Aráoz
(San Miguel de Tucumán, Argentina, 1945)
para leer + en MALÓN MALÓN

1 comentario:

lunaroja dijo...

Qué belleza, especialmente el último, es realmente como se siente el acto de escribir.
Gracias!

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