16 de diciembre de 2017

Denise Duhamel, Feminismo


Ilustración de Magaly Ohika

FEMINISMO

Por todo el mundo, las Alitas, las Lobeznas,
y los Pimpollos juegan al Teléfono Descompuesto, susurrando
mensajes en una cadena de oídos, sin repetir (eso es trampa),
solo pasando lo que escuchan por primera vez.
A veces "A María le gusta Leo" se transforma en "Ataría a ese tan feo",
o "Hacé lo correcto" se transforma en "Así lo conecto".
Aún así hay confianza. Chicas jugando a la Caminata Ciega,
una con un pañuelo en los ojos (al estilo Ponele la cola al Chancho)
mientras otra la guía por el bosque
o por un patio o por cuadras enteras. Chicas ayudando
donde se las necesita o inventando maneras de ayudar
donde aparentemente no se las necesita. Memorizando curas
para cortes y picaduras, congelamiento, hemorragia nasal.
Su lema: Siempre listas.
Llenas de ansiedad, están atentas a los accidentes domésticos,
verifican cables pelados de tostadoras o secadores de pelo.
Afuera están atentas a los cambios de color en las nubes,
al oscurecimiento del cielo. Están más seguras en un auto
durante una tormenta eléctrica.
                                                          Hay tanto para recordar y aprender.
Tantos desastres inminentes, y sin embargo tantos buenos deseos
para su planeta. Estas chicas cierran la canilla
mientras se lavan los dientes, ajustan los ojos de gato
en sus bicis, y hacen al menos una buena acción por día.
Les enseñan que solas son pequeñas,
pero que si se identifican unas con otras, ganan poder.
Solo para ver lo que se siente, una chica que camina
puede pasar una tarde en silla de ruedas. Otra
puede meterse algodón en los oídos. Y para estar preparadas
para lo que tienen por delante cuando sean grandes
y no sean más Guía Scouts, hacen collages
con imágenes cortadas de revistas mostrando lo que podrían ser:
madres o abogadas, reporteras o enfermeras.
O juegan al Conejo sin Casa, una versión brasilera
del Martín Pescador o el Juego de la Silla.
Siempre tiene que haber un número impar de chicas, siempre
una queda afuera. La tierra y sus escasos recursos.
La supervivencia en Sudán comienza con la oveja y la Hiena.
Y aunque las chicas traten de proteger a la que
es la Oveja en medio de la ronda, la mayoría de las veces
la Hiena que está afuera no se da por vencida
y atraviesa brazos dolidos y muñecas debilitadas
para comérsela. Martín Pescador, Martín Pescador,
es mejor cuando las Guías Scouts permanecen juntas.
Entonces se sujetan fuertemente en su Nudo Humano,
una versión femenina del abrazo del equipo de fútbol.
Y todas de la mano, aprietan su Apretón de la Amistad,
sabiendo que cada pequeña toma, una por vez,
es como una lucecita del árbol de Navidad, cada una un parpadeo
sin el cual el resto de la hilera no puede funcionar.
Cada cara desaparecida en el poster de chicos desaparecidos
como la más linda de todas mirándose en el espejo.

FEMINISM

All over the world, Little Bees, Star Scouts,
and Blue Birds play Telephone, whispering messages
in a chain link of ears—no repeating (that's cheating),
only relaying what they hear their first shot.
Sometimes “Molly loves Billy” becomes “A Holiday in Fiji,”
or “Do the Right Thing” becomes “The Man Who Would Be King.”
(...)

para leerlo completo en su versión original en inglés
en Queen for a Day: Selected And New Poems, Pitt Poetry Series, Ed Ochester Editor,
University of Pittsburgh Press, 2001




ph Liz Howort
Denise Duhamel 
(Woonsocket, Rhode Island, EE.UU., 1961)
Reside en Florida
de Reina por un día, Ediciones Recovecos, 2013
Traducción y prólogo Rossana Álvarez
para leer MÁS

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