ahora con este ardid del tiempo
manejado hecho vivo al instante
creado inventado entre la piel y el hueso
ahora que el techo nos refleja
que es decir podemos como muchos descifran
su conciencia
tú y yo descifrarnos lentamente
decime si ha llegado ese tiempo predicho
por los sabios que entienden de la vida
explicame me caigo y es de noche y perdida
explicame me caigo y es de noche y perdida
quise siempre no equivocar de paso
pero las cosas pueden darse vuelta
cuando menos se espera
pensá si no en la vida
y en la muerte
y si hay derecho siquiera
a nombrar hambre como si fuera solo
carencia de alimento
decir revolución y querer imponerla con retratos
jurarse amor y no jugarse el alma
escribir piel
y no saber que de la carne
se desprende doliendo.
(pág. 31)
Sabés qué miedo
cuando cae la sombra
sobre la casa
(entendé, sobre el lecho,)
y empiezo a dibujar
-dolor en mano-
todas las formas
que el amor tenía
entendeme y pensá
cuantas secretas
impensadas maneras
costumbres de asesino
tiene la pena ésta.
(pág. 37)
Me sorprendo en lugares
donde nunca estuviera
por ejemplo en este
café lejano y solo
sobre una mesa oscura
y desteñida
me sorprendo llamándote
diciéndote
que ese tango que suena
y dice "corazón no le hagas caso"
ese tango
sonando en medio de la lluvia
que querés
me deshace.
(pág. 38)
Nancy Bacelo
(José Batlle y Ordóñez, Lavalleja,
Uruguay, 1931-2007)
POETA/ESCRITORA/GESTORA CULTURAL
de El pan de cada día, ediciones Siete Poetas Hispanoamericanos,
Serie Por la vuelta, Montevideo, 1975
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