Angélica Liddell en Primera carta de San Pablo a los Corintios |
PEQUEÑAS PLEGARIAS
Rogá que no te llueva justo
Rogá que no sea uno de esos días grises
O peor!
¡Rogá que el sol no esté radiante!
¡A pleno!
Con las plazas llenas
De gente iluminada
Rogá que no pase nada
Pero nada
Que ni una leve arenisca
Se suelte del revoque
Que a las canillas de la casa no se les ocurra
Perder una gota
Esos días
Rogá que nada caiga
Ni una lágrima
Ni una florcita del jazmín
Ni una tarde
Rogá que ni un raspón abra
La piel en esos días
Y se desprenda
Una gota de sangre
Rogá que nadie te llame
Para pedirte nada
Y se le ocurra así
Esperar que te desprendas
Aunque sea de un gesto
Porque esos días
Nada puede caer
Nada puede desprenderse
Nada se puede abrir y chorrear
Nada se puede soltar
Son días de acopio
de reserva
Días de vendaje
Días en los que tendrían que caer del cielo
Metros y metros de vendas
Aunque parezcas una momia
No importa
Sostené el vendaje
Sostené la piel
El grito de la heladera cuando se la llevaron.
La confusión a rayas del televisor.
Yo también fui una casa sola.
Y tuve miedo.
Antes de empezar la demolición
a la casa de al lado
le sellaron las ventanas con ladrillos.
Primero le cerraron los ojos,
después se la comieron por dentro.
(Villa Dolores, Córdoba, Argentina, 1968)
POETA/DOCENTE UNIVERSITARIA/PSICÓLOGA
de Sostener la piel, 1a ed., Borde Perdido Editora, Córdoba, 2015
para leer la reseña de Carlos Schilling
su blog: DIATRIBAS
para leer MÁS
2 comentarios:
Los bonus tracks de Claudia Huergo me conmovieron...
Si te sorprendió mi ausencia en entradas anteriores, Miriam, es prueba de que las leí sin ver. Volveré a hacerlo. Así como se mira sin ver, también se lee sin ver.
Abrazo.
Es cierto Carlos. Infinidad de veces he pasado por poetas sin detenerme a sentir y seguí de largo...y de pronto, un día digo: guau, cómo no leí esto antes!
Siempre bienvenido (la lectura y los lectores)
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