Obra de Fanny Rabel: El naufragio, 1983 |
Muchos dioses se derrumban en el curso de una vida: los padres que van haciéndose pequeñitos mientras uno crece; las convicciones que son de roca primero y que se nos hacen de polvo después entre las manos; los amores que se agotan, los odios que se apagan, los hijos que se van... Toda nuestra vida luchamos contra la soledad. A veces logramos vencerla verdaderamente, cuando nos perdemos a nosotros mismos en el fuego de las grandes causas, entre las multitudes poseídas de un mismo impulso, o en la solidaridad fraternal frente a los grandes peligros. En la amistad, en el amor... existen, sí, los momentos de creación cuando de la soledad surge la plenitud. Y aquellos otros en que la comunión con otro ser es tan completa que naufragamos en un mar alucinante donde no hay soledad. Y la hora en que creamos una nueva vida y sentimos que nunca, jamás volveremos a estar solos. Pero son momentos tan sólo fugaces, en una vida donde los seres humanos se buscan a tientas, ansiándose y destruyéndose a un tiempo; donde murallas nos alejan a unos de otros, y en esa lucha queda únicamente, al final del camino, una compañera: la soledad.
Fanny Rabel - Fanny Rabinovich Duval -
(Lublin, Polonia, 1922- México DF, 2008)
PINTORA/MURALISTA/GRABADORA/DIBUJANTE
Texto del catálogo de su exposición La soledad, México, 1962
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1 comentario:
Grossa prosa poética...
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