3 de noviembre de 2015

María Victoria Atencia, 3 poemas 3


Obra de Lita Cabellut

Después, tras de ajustar  
su sombra a medida con un salto 
ciego y oscuro y suyo, aún proseguía  
alentando mi trazo y testimonio 
como si cada día no fuésemos haciéndonos  
de pérdidas y adioses, y quisiera  
quedarse para mí, dispuesto en un papel  
herido de punciones y en el que sólo a tientas  
alcanzase a leerlo con los ojos cegados.




Obra de Lita Cabellut

EL ÁNGEL

No, no soy su olvidada: solamente
me podría olvidar quien tuvo alguna vez memoria
y si me hubiese sabido valiendo en la medida
en que fuese su espera o su premoción, y luego
me pudiera borrar hasta llegado el trance
de sus ojos de vidrio. Pero yo me dispongo
como quien se dispone para una cita a ciegas,
y paso un largo rato ante el espejo, a solas
y feliz con mis tarros y cremas y cepillos,
por si lo que me queda de aliento ya no fuese mío
o me abatiese el ángel de la melancolía.

(en De pérdidas y adioses, Editorial Pre-textos, Valencia, 2005)




Obra de Lita Cabellut

CUANDO LAS ESTACIONES

Para Antonio Gamoneda

Cuando las estaciones o los años,
cuando el viento, cuando –puede ocurrir-
se trate de tu vida y se disponga
un beso aún en el borde de tus labios,
ya residuo final, testimonial de otros
tiempos con no menos disposición que ésta,
acógete al espléndido otoño, a sus hacinas
de bárbaro fulgor –como decía Hopkins-
y apresta entonces tu deslumbrado corazón:
la vida empieza ahora.

(de El Hueco, 2003)






María Victoria Atencia  
(Málaga, España, 1931)
POETA/PILOTO DE AVIACIÓN
para leer A este lado del paraíso, Antología, 
Junta de Andalucía, 2014
su WEB

2 comentarios:

una chica de ojos marrones dijo...

me acojo al esplendido otoño que por aquí acaba de empezar...
una maravilla los tres!
besotes!!

Andrés Vara dijo...

Magnífica siempre.

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