Fotografía de David LaChapelle |
Si te viviera sobre mi terraza acumulada de flores y plantas me volvería loca.
Si te viviese eterno frente a mi cabeza, aterrizarían aviones en esa terraza, no habría espacio para más noticias.
Titulares fuera de sí mismos acabarían inundados de palabras, dándome indicaciones en forma de espirales (como el de tu hombro). Vive en nosotros la dulzura de una niñez que encarnó su pasado en nuestros ojos ingenuos, somos tan parecidos que aterra, que tanta luz nos quita sombra, que el mundo deja de existir. Soñamos despiertos ya que no se sabe nada de lo que vendrá. No se trata de construir los días si no de tenerlos dentro, como hígado, estómago, ovarios, jugos gástricos, corazón -todo en su lugar. No importa el orden del llanto, no se alteran los órganos si no se cuentan del desgarro. La mente calladita funciona mejor, y tú, tratando de vivir sobre mi terraza llena de flores y plantas, tratando de volverme loca mientras un avión aterriza sin darme cuenta ni de las noticias...
“A veces, las bancas del parque de mi casa se enamoran, llevan consigo un par de humanos repartiéndose piel sin el mínimo pudor incorporado. La piel regalada desaparece con el poquito viento que sale de sus bocas, y dentro de la frágil burbuja urbana hay un color rojizo opacando las miradas criticonas de los que pasan por su lado y dicen
“que feo se ve un par de humanos con el corazón en las manos…”
“que feo se ve un par de humanos con el corazón en las manos…”
"A volte, le panchine del parco della mia casa si innamorano, si portano appresso un paio d’umani che condividono la pelle senza il minimo pudore. La pelle regalata sparisce con lui
Un po’ di vento che esce dalla sua bocca, e dentro la fragile bolla urbana c’è un colore rossiccio
offuscando gli sguardi criticoni di quelli che gli passano al fianco e dicono
“che brutto vedere un paio d’umani con il cuore in mano…”
2 comentarios:
Impresionante.
Besos.
Bello
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