Fotografía de Nishe (Magdalena Lutek) |
LO QUE ME IMPRESIONÓ CUANDO MURIÓ MI PADRE
No me impresionó de su muerte
que su rostro perdiera cuanto le quedaba de carne
como si sus huesos estuvieran creciendo;
ni la pequeñez de su último aliento,
mota de polvo bajo la cama de una muñeca;
ni el hogar abierto de su boca al morir;
o su corazón detenido, bajo su pecho.
Las llamas que lo quemarían, la línea
que apareció bajo sus pupilas, la tierra que lo cubriría:
nada me impresionó hasta que desperté
junto a mi esposo y recordé que mi padre
no se afanó por respirar, con cuánta calma
su cuerpo recibió la muerte, ese aliento final
tan pequeño y, después, nada, ni un esfuerzo: eso
no me impresionó pero cuando lloré
y sentí el peso de mi esposo sobre mí
y las lágrimas sobre mi rostro mi cabello mis orejas
como si mi cabeza estuviera sumergida,
cuando lloré y él me hizo callar -los niños
al otro lado de la puerta y la esposa de mi padre
al otro lado de la pared delgada- cuando calló mi llanto
con su mano suave sobre mi boca
casi como si pensara que mi llanto podía sonar
como si yo estuviera acabando, eso me impresionó.
Ph Antonio Olmos |
(EE.UU, San Francisco, 1942)
de The Father, New York: Alfred A. Knopf, 1998
en El padre, (edición bilingüe) Bartleby Editores, 2004
Traducción de Mori Ponsowy
para leer MÁS
extraído de RITUAL
5 comentarios:
Y retumba...
*y cual acabar muriente de vida.Tremendo*
Recién la leía y preparaba una entrada con su poema I go Back to may 1937.
Tremenda ella y su poesía.
Coincidencias, gracias Miriam,
Cómo no leerla Beatriz! Recuerdo el impacto profundo que sentí cuando la descubrí (a través de amigos). Luego me pasaron sus libros fotocopiados y no los encuentro...
Gracias Bea por pasar y detenerte.
Me gustó pero no es para tanto elogio. He leído mejores.
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