SOY SIETEMESINA, TODAVÍA
Soy sietemesina, todavía
me falta un poco
para persona. Nací
como un pez, me guardaron
días en una cajita
para que todos me miren.
Dicen que a los dos
sabía los colores y hablaba
sin parar. Después llegué
las dos casas. Por la amarilla
crecía la luz. Gritaba desde la cama
a las figuras que volaban
desde el techo. Mis manos
dormían más que yo
y despertaban
llenas de arena. Mamá
dibujó plantas en una pared;
cuando aprendí, llené otra
con rulitos. Tenía un jilguero
que reemplazaban
si se moría. Elegí
los colores del otro
el de las visitas, rojo
y rosa como un hechizo. Con el tiempo,
las casas
llegaron a once y la mochila
de caracol me siguió
hasta hace poco. En la escuela
era buena, dos veces
llevé la bandera y dos
fui en penitencia. Me gustan
los animales y los niños,
y no me importa
que suene mal. También
me gusta no hacer nada
por la mañana y algunas drogas
y Pablo. Tuve muchos perros
que encontré en la calle, una
vive en lo de mi mamá, petisa
y blanca como banqueta. Mi gata
ve cosas que yo no puedo, mira
la pantalla mientras escribo.
Siempre soñé ganar una beca
para comprar ropa y pasear
todo el tiempo. De vieja
me voy a volver loca, vestida
siempre de un sólo color. Ahora,
tengo veinticinco años.
La semana pasada
vi una ola
de mariposas.
para leer más en: SATT y en: LA INFANCIA DEL PROCEDIMIENTO
1 comentario:
llegaste al punto //cuando ondean solas mariposas//por el tamiz de luces//infancia plena//
hermoso
hermoso
hermoso
P.
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