7 de septiembre de 2014

Lourdes Sifontes Greco, 2 poemas 2


Fotografía de Maurycy Gomulicki  "Bibliophilia"
CÁRCEL

Sólo hay una pared tapizada de libros
que se multiplica y me circunda
cada vez que entro a una habitación,
cada vez que cruzo una avenida,
cada vez que me rodean los árboles.
No es extraño. Así sucede siempre.
Todo se transforma
en lo que soy.




Fotografía de Raymond Depardon
LA RECUESTA DEL CÓMPLICE

Yo no pertenezco más que al universo
donde todos los otros observan y se burlan.
Yo no soy de discursos entre copas,
ni de halagos nocturnos,
ni soy perro de presa.
Yo jamás me puse el nombre del río que miro
con la finalidad turbia de mentirle,
ni me abrigué a la sombra
de este tráfago urbano que a ninguno facilita los días.
Tal vez por eso mi palabra permanece oculta
en unos quince libros que yacen y me aguardan
y que hacen decir a las voces que llegan de otros rumbos
que esta latitud me será siempre incierta y siempre ajena.
Yo no sé por qué es tan odiado el silencio
y por qué hay quienes rezan
la obvia afirmación de que no existo.
Tal vez sea el trópico,
tal vez saben que algo en mí viene del sur
–imperdonable agravio
para una tierra que se quiere al norte–.
Tal vez soy
demasiada palabra para poco recinto.
Después de todo,
mi reino puede no ser de este mundo
y cualquier parecido
de todo cuanto he dicho
con la realidad
ser mera coincidencia.




Lourdes Sifontes Greco 
(Caracas, Venezuela, 1961)
de De cómplice y amanteColección Las Formas del fuego: 
Poesía, Monte Ávila Editores, 1993
extraídos de ELIZABETH-LAS VOCES DEL SILENCIO
para leer MÁS

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