21 de junio de 2014

Adriana Fernández, El jardín


Fotografía de Alastair Magnaldo




EL JARDÍN

Me van quedando pocos hombres en el cuerpo. A veces sólo sus marcas. Falta un trozo de oreja donde hubo un beso, o la mitad de un labio. Menos vello en el pubis desde alguna caricia y estos paños de té frío en los ojos para bajar el ardor. Siempre les pedí que no me tocaran los pies. No podría vivir sin la ceremonia de ir cada noche a regar las plantas que nunca ninguno se atrevió a tocar. El último que vino a visitarme me contó que los helechos están mejor que nunca, que se respira vida en el patio.


IL GIARDINO 


Mi restano pochi uomini in corpo. A volte solo il loro segno. Manca un pezzo d’orecchio dove c’è stato un bacio, o la metta di un labbro. Meno peli sul pube per qualche carezza e questi panni di the freddo sugli occhi per far smettere il bruciore. Sempre gli ho chiesto che non mi toccassero i piedi. Non potrei vivere senza la cerimonia di andare ogni notte a innaffiare le piante che mai nessuno ha avuto il coraggio di toccare. L’ultimo che è venuto a trovarmi mi ha raccontato che le felci stanno meglio che mai, che si respira vita nel cortile.


Adriana Fernández 
(Buenos Aires, Argentina, 1970)
en Poesía Erótica Argentina, Ediciones Manantial, 2002
Selección y prólogo de Daniel Muxica
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1 comentario:

Darío dijo...

Condenados a la desintegración. Hermoso.

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