Fotografía de Lukasz Wierzbowski |
I
A las cosas
Para que existan
Se las nombra
Dijo
Y se olvidó nombrarla
Aunque ella compartiera
Cada rato de la vida
Del hombre que no era el marido
Porque la mujer era otra
Porque la mujer había sido nombrada
Y por eso existía
Aunque ya no compartiera
La vida del hombre
Que seguía siendo
Su marido
Ella lo nombraba
Le decía mi amor
Le llamaba mi vida
Le hablaba en la cama
En el segundo feroz y brutal
Cuando se levantaba él
Y decía
Me voy
Y se iba
A la cama nupcial
A la casa matrimonial
Al contrato firmado
A todo lo nombrado
Y en la noche tendida
De sábanas frías
De su olor como recuerdo
La mujer no sabe más
Cómo nombrarse a sí misma
Cuando el amor
Desprecio ya sólo es
Fotografía de Lukasz Wierzbowski |
II
A las cosas
Para que existan
Se las nombra
Volvió a decir
Y desaparecieron
Las noches de hoteles fugaces
Paseos al borde de un río sin olas
Millones de versos hundidos
En corazones de sombras sin velo
Se desvanecieron
Las borras del café
Y los montevideanos
Los mates lavados compartidos
En alfombras de pisos sin tejado
Se esfumaron retratos
De muertes prematuras
Mujeres de pieles oscuras
Desnudas en lechos carmines
Cigarros sin filtro fumando
Y cuando todo se borró
Sólo permanecieron
La huella de un recuerdo
Y los dientes clavados en la piel
Fotografía de Lukasz Wierzbowski |
III
A las cosas
Para que existan
Se las nombra
Insistió el hombre
Y se derrumbaron las montañas
En terremotos de papel
De la mujer urbana
Sin túnel para alcanzar
Las laderas imposibles
Y se derribaron edificios
De color a nube triste
Que cayeron entre ríos
Como puentes improbables
Para cruzar el tiempo
Se acostaron como niños
Tocándose los pies
Mirando las estrellas
De un mundo en ruinas
Que había que nombrar
Fotografía de Lukasz Wierzbowski |
IV
A las cosas
Para que existan
Se las nombra
Escribió
Y cambió la historia
Modificó las vidas
Borrando a la mujer
Que tanto le importaba
Pero desaparecía
En los cuentos
Las poesías
Los relatos
Y en los pliegues
De una ciudad con río
Se esconde la mujer
En los cafés del alba
Y aunque nadie la nombrase
Permanece como huella
El olor
El calor estremecido
Y los cuerpos
De la noche blanca
Samantha Barendson
(Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, 1976)
Reside en Lyon, Francia
de Los delitos del cuerpo / Les délits du corps, Ch. Chomant éditeur
su WEB
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