16 de marzo de 2013

Anna Wickham, 3 poemas 3 (+1)


Fotografía de  Pavel Tereshkovet

LA AFINIDAD

Tengo que agradecer a Dios de que soy una mujer,
Porque en estos días ordenados una mujer sólo
Es libre de estar muy hambrienta, muy solitaria.

Es triste para el Feminismo, pero aún es claro

Que el hombre, más frecuente que la mujer, es pionero.

Si confiara un nuevo pensamiento,

Primero a un hombre debe ser brindado.

Ahora, por nuestros pecados, éste es mi destino amargo
De que pronto un hombre quiera ser mi compañero,
Y así, de la amistad es un rápido final:
Cuando he ganado un amor pierdo un amigo.

Está bien dentro del orden de las cosas
Ese hombre debería escuchar cuando su compañera canta;
Pero el verdadero macho nunca existió aún
Aquel que le gustara escuchar cuando su compañera hablara. 

Me gustaría estar casada con un hombre completo,
Como todas las mujeres desde el principio del mundo;
Pero a partir de una vida próspera que probé
Debo estar callada, si quiero ser amada.

Ahora de mi silencio tengo mucha riqueza,
Mi forma de pensar debe ser cautelosa.
Mis pensamientos nunca podrán ver el día;
Mi mente es como una catacumba donde los primeros Cristianos rezan.

Y de mi silencio tengo mucho dolor,
Pero de estas punzadas tengo un gran beneficio;
Por eso debo tomar drogas o beber,
O debo escribir las cosas que pienso.

Si mi sexo me dejara hablar,
Sería muy vaga y más débil;
Debería hablar solamente, y las cosas que digo
Llenarían por un rato el aire, y aclararían como el humo.

Las cosas que pienso ahora las escribo,
Y algún día se las mostraré a la ciudad.
Cuando estoy triste pienso con claridad;
Puedo releer todo esto el año que viene.

Tengo que agradecer a Dios de que soy una mujer,
Porque en estos días ordenados una mujer sólo
Es libre de estar muy hambrienta, muy solitaria.

Traducción de Hugo Zonáglez
Propuesta de traducción de Emma Gunst

THE AFFINITY

I have to thank God I'm a woman,
For in these ordered days a woman only
Is free to be very hungry, very lonely.

It is sad for Feminism, but still clear

That man, more often than woman, is pioneer.

If I would confide a new thought,

First to a man must it be brought.

Now, for our sins, it is my bitter fate
That such a man wills soon to be my mate,
And so of friendship is quick end:
When I have gained a love I lose a friend.

It is well within the order of things
That man should listen when his mate sings;
But the true male never yet walked
Who liked to listen when his mate talked.

I would be married to a full man,
As would all women since the world began;
But from a wealth of living I have proved
I must be silent, if I would be loved.

Now of my silence I have much wealth,
I have to do my thinking all by stealth.
My thoughts may never see the day;
My mind is like a catacomb where early Christians pray.

And of my silence I have much pain,
But of these pangs I have great gain;
For I must take to drugs or drink,
Or I must write the things I think.

If my sex would let me speak,
I would be very lazy and most weak;
I should speak only, and the things I spoke
Would fill the air awhile, and clear like smoke.

The things I think now I write down,
And some day I will show them to the Town.
When I am sad I make thought clear;
I can re-read it all next year.

I have to thank God I'm a woman,
For in these ordered days a woman only
Is free to be very hungry, very lonely.




Fotografía de Richard Avedon

CANCIÓN

Estaba tan fría, y  desgastada y triste, 
Ser una dama era el único placer que tenía.
Caminaba por las calles tan silenciosa como un ratón, 
Comprando ropas finas y cosas para la casa.

Pero desde que vi mi amor
Uso un simple vestido, 
Y afortunadamente me voy
Olvidando del cansancio.

Traducción de Hugo Zonáglez
Propuesta de traducción de Emma Gunst



SONG

                    I was so chill, and overworn, and sad,
 To be a lady was the only joy I had.
                 I walked the street as silent as a mouse,
       Buying fine clothes, and fittings for the house.

 But since I saw my love
         I wear a simple dress,
     And happily I move
Forgetting weariness.



Fotografía de Norman Parkinson
LA OLLA DE FUEGO

En nuestra ciudad, la gente vive en hileras.
Lo único irregular en una calle es el chapitel;
Y a dónde eso apunta, sólo Dios sabe, 
Y no la gente pobre y castigada!

Y vi a las mujeres envejecer, 
Apasionadas por los alfileres, peniques y telenovelas, 
Hasta que el corazón dentro de mi pecho casado se enfrió, 
Y perdí la esperanza. 

Pero un soldado joven vino a nuestra ciudad, 
Dijo lo que pensaba con total sinceridad.
Me pidió rápidamente que me acueste, 
Y eso me pareció muy bueno.

Aunque no lo abracé-
Recordándole mí deber-
Él alteró la expresión de mi cara, 
Y me devolvió mi belleza.

Traducción de Hugo Zonáglez
Propuesta de traducción de Emma Gunst


THE FIRED POT

In our town, people live in rows.
The only irregular thing in a street is the steeple;
And where that points to, God only knows,
And not the poor disciplined people!

And I have watched the women growing old,
Passionate about pins, and pence, and soap,
Till the heart within my wedded breast grew cold,
And I lost hope.

But a young soldier came to our town,
He spoke his mind most candidly.
He asked me quickly to lie down,
And that was very good for me.

For though I gave him no embrace--
Remembering my duty--
He altered the expression of my face,
And gave me back my beauty.




B O N U S  T R A C K


EL SILENCIO

Cuando te encuentro, te saludo con una mirada;
como un tímido niño pobre en una feria.
No te dejaré amarme, pero soy débil.
Te amo tan intensamente que no puedo hablar.
Cuando te vas, me quedo apartada,
y le susurro a tu imagen en mi corazón.

 Escrito por Matthew  y Theresa Lipman, con colaboración de Ann Margaret Sharp, 1980
Traducción de César Aira, Ediciones Manantial SRL/2000


THE SILENCE

When I meet you, I greet you with a stare;
Like a poor shy child at a fair.
I will not let you love me — yet am I weak.
I love you so intensely that I cannot speak.
When you are gone, I stand apart,
And whisper to your image in my heart.

en Poetry: A Magazine of Verse, 1912–22



Anna Wickham -Edith Mary Alice Harper- 
(Londres, Inglaterra, 1884-1947)
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3 comentarios:

Sinuhé dijo...

Cómo duelen las tristezas de esas damas...

EG dijo...

y es una bendición que hayan escrito, pintan un sentir, una época. Se percibe cuántos cambios hubo y cuánto falta...
un abrazo enorme y buen día Sinuhe

Leo Mercado dijo...

Un vestido...

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