17 de febrero de 2013

Beatriz Vignoli, Diciembre 31, 2001


s/d del autor de la fotografía
DICIEMBRE 31, 2001

Y la vida era esto:

salir a la vereda el treinta y uno
a las doce, ver cómo un vecino
enciende una bengala.

El brazo en alto, inmerso en la luz ígnea.
Un silencio rosado y expectante,
un fuego inmóvil el mundo.

¿Celebra? ¿Pide ayuda? Nada pasa.
Nada llega. Todo al final se apaga.
Pero aquel brazo en alto, aquella duda.

Aquella intensidad.




Beatriz Vignoli 
(Rosario, Santa Fe, Argentina, 1965)
POETA/PERIODISTA/TRADUCTORA/CRÍTICA DE ARTE
de Bengala, Bajo la luna editorial, 2009
una nota sobre el LIBRO
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8 comentarios:

Darío dijo...

No había demasiado para festejar, excepto Racing y los oscuros poemas que quedaron...

Betina Z dijo...

"...Nada pasa.
Nada llega. Todo al final se apaga.
Pero aquel brazo en alto, aquella duda.

Aquella intensidad."

Aun hoy, cada fin de año siento "ese silencio rosado y expectante" ante lo que caba, ante lo que viene.

Muy bello (el poema, Emma.

thais dijo...

Después de tantos meses es bonito volver y darte cuenta de que este blog sigue teniendo la misma magia :)

EG dijo...

Dónde estabas Thais!!!!??? Cómo estás???

Javier López-Gomis dijo...

Cuando un poema apela a unos sentidos tan vivamente sensoriales sólo queda leerlo y releerlo para empaparse de vida.

En mi propia tinta dijo...

diciembre del 2001
desvastados

Emma querida! gracias por la poesía
un super abrazo
lobamarino conversa

Malena dijo...

Yo diría que la vida es eso:
Aquella intensidad, aquella duda.
Todo al final se apaga.
Nada llega.

Leo Mercado dijo...

Hay sin embargo una oscura, una velada necesidad de que todo permanezca.

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