Fotografía de Youichi Shidomoto |
Enterré mi amor bajo el invierno,
Lo cubrimos con cascajo y nieve.
Yo casi no podía mover las manos del frío.
Era lo único que podíamos hacer.
En el frío no apestaba,
era más práctico, casi no pesaba.
Yo me pensaba
autosuficiente.
Podía acabar de enterrarlo
yo sola
cuando viajaste a Nueva York
Creí que estaba muerto
o lo suficientemente
desterrado,
apartado del todo de la vista
y menor, por lo menos.
Tenía que ser,
y era más fácil por ser navidad.
Días y semanas,
meses
después
llega súbitamente
tu sonrisa…
el primer tulipán
de tu sonrisa
de nuevo prendiendo raíces.
Aflora
tu sonrisa,
el amor brota.
Anabel Torres
(Bogotá, Colombia, 1948)
POETA/TRADUCTORA
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5 comentarios:
Difícil expender un certificado de defunción del amor. Cuando uno menos se lo espera, resucita, y en otras ocasiones por mucho que uno se esfuerce es difícil reanimarlo...Me gustaron mucho las imágenes de este poema, Emma. Es bueno tenerte de vuelta...
hermoso...!! termina diciendo Francisco Luis Bernárdez en su Soneto: "...porque después de todo he comprendido que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado".
habrá que primero haber perdido algo para luego poder recuperarlo??
cariños,
Ciertamente, unos amores huelen mal, su cadáver digo...
Todos los amores se renuevan...algunos han de morir para que nazcan otros..
Brota, a veces como una hortiga...
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