escribir la palabra revolución,
(así, en minúsculas)
y fingir que has dejado de creerte tus mentiras.
vivir sin prisas y con todas las pausas
que caben en una cajetilla de cigarros.
pensar que ya nos quedará tiempo para hundirnos
porque, en realidad,
sabes que caer
es la forma más sincera de volar.
Aunque luego todo se reduzca a una nota de suicida
en la que pone:
“Lo intenté y caí y, aun así, vosotros nunca llegaréis tan alto”.
comprender que el fondo lo han tocado
tipos como tú,
que lucen sueños como los tuyos,
que hay más locos en los tejados
que estampados en las aceras.
Y que,
por supuesto,
estatuas de perdedores
se ven muy pocas,
y es una lástima.
redundar en la palabra hoy cada vez que se te tuerce el día
y no hay esquinas por las que escaparse,
o poner cara de jaque
si el espejo te juega una mala pasada
y vas de mano.
es todo como intentar comprender
esa absurda manía de la gente
de pensar que los fines son siempre
principios de algo
o que lo mejor está por venir
y lo cierto es,
que se fue hace tiempo.
Ester G. Camps
(Valencia, España, 1984)
de La manera de recogerse el pelo, Generación Blogger,
Bartleby Editores, 2010
Selección de David González
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2 comentarios:
Ya que en este poema hubo un silencio sepulcral (pero sólo en el blog), voy a dejar constancia de mi opinión: es impactante la crudeza del discurso, es clara su postura hacia esa persona que dice ser lo que no es o lo que fue, pero hace tiempo...y, amigos, les digo: cueste lo que cueste, DEBEMOS CAMBIAR
"Lo único permante es el cambio" resistirse, un suicidio.
Lo lei al revés y también me gustó.
Gracias por tu gusto exquisito.
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