31 de julio de 2012

Miriam Reyes, Cómo avanzar a la par que el paisaje...

Fotografía de Maia Flore



Cómo avanzar a la par que el paisaje. 
Ayudaba la humedad a llevar la aridez de dentro 
yo no la veía pero había ahora no hay ayuda externa. 
La aridez se extiende y esconde lo que hay debajo: 
este lugar y yo este momento y yo 
somos una misma superficie.  

Sigo diciendo yo pero sé que ahora significa arena 
                                                      [y se asienta 
sobre los libros los muebles las baldosas 
cubriendo la apariencia familiar que solían tener 
                                                      [los objetos 
y su compañía.  

El escenario es así: 
cerrada la puerta por dentro 
la calle un ejercicio imposible 
apenas un rectángulo en cada habitación 
algo que está ante mí y de lo que no puedo formar parte 
como la vida de los demás o lo que fui. 
No lo llamaría ventana.  

Nada entra ni sale de aquí. 
Aquí era yo 
atravesando ciudades y desiertos 
sin encontrar nada que pudiera llamar mi lugar o 
                                                      [mi atención 
o concordar con la realidad al menos en tiempo.  

Tiempo de qué 
cuando no toca sembrar ni toca recoger 
tiempo de nada.

Mientras el paisaje no hace excepciones 
el paisaje el paisaje que no se detiene.  







Miriam Reyes 
(Orense, España, 1974)
en Yo, interior, cuerpo, Antología poética de Miriam Reyes,
Editado por el II Festival Internacional de Poesía de Córdoba (Argentina, 2013)
Compilación de Miriam Tessore /Prólogo de Mariel Manrique
y en Haz lo que te digo, Bartleby, 2015
para leer MÁS
su WEB

5 comentarios:

vera eikon dijo...

Soy yo o es que veo una clara evolución en Miriam??? De poemas más físicos y a bocajarro, a poemas más sutiles e intimistas en los que se atisba una búsqueda metafísica....bueno no sé, quizás sea yo....Muy buen poema. Bico!

Leo Mercado dijo...

Pensaba, mientras leía el poema, que habría que conseguir ejercitar el "no-poema". Quiero decir, plantearnos la posibilidad de ver en el poema lo que no se nos muestra, de leer lo que está vedado. Creo que el poema es una isla, y que cada escritor es el mar que lo rodea, de manera que la agitación o la serenidad de la marea es la que le va dando un contorno particular.
Pensaba, decía, y leo el comentario de Vera, dilucidando que no soy el único que lo ha pensado. Vera piensa en un giro, claro; pero pensar en un giro implica, necesariamente, situarse fuera del poema.
¿Para qué deliro con estas cosas, Miriam (y Vera)? No sé. O sí, y tal vez sea esa necesidad de concepción del poema como una obra de arte en-sí-misma, edificada como se edifica una pared, con inconsciencia práctica o con la completa certeza de quien elabora una bala y, mientras aprecia el plomo, sabe a ciencia cierta cual será su destino.
Chau, se me acabó el agua del termo.

vera eikon dijo...

El delirio es como la marea, Leo, una pulsión natural del que escribe. A veces nos ahoga y a veces nos quedamos varados en él, pero nunca es en vano. Porque en uno de esos delirios somos una lengua de mar que agita la playa, o descubrimos una caracola enterrada en la arena de la que surge el más delicioso de los sonidos. El delirio es como un mapa de un tesoro del que cambia constantemente la ubicación. Y para mí es un placer poder acompañar en sus delirios a alguien, porque siento que es algo tan natural que es como si por un momento me metiera en su propia pieal. Y ahora, siguiendo la corriente de tu delirio, de pronto he pensado que el poeta es como el piolin que hace bailar el trompo, aunque siempre sea la misma cuerda, y exista un modo en el que la cuerda se enrolla sobre la madera del trompo, nunca un baile es igual. He ahí la mano(¿inspiración, vida?)que es como esa palanca que nos permite mover el mundo...En fin, que ha sido un placer divagar en tu compañía...Un beso para los dos!!

EG dijo...

Quisiera poder participar en esta charla, pero me falta una condición esencial. No escribo. Ni tampoco he hecho ningún análisis. Soy tan básica, pero de verdad, que sólo (y a veces pienso que en gran parte es por comodidad) siento que un poema me gusta o no. Pero igual hay un tiempo para cada poema. Lo que ayer no llamó mi atención...de pronto me ilumina.

Y sin dudas, hay algunos que me fascinan de entrada. Al punto que quiero llegar es que de M.R. todo me atrapa.

Y sí Vera! Hay un cambio contundente en la forma y el contenido en que éste poema se presenta...y más me gusta!!!

Saludos a los 2 (Vera/Leo)

Leo Mercado dijo...

Vera: sos grosa.
Miriam: la condición necesaria de cualquier buen escritor, es la lectura. Y vos sos una gran lectora, así que.... (no te hagas....).

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