Fotografía de Erin Jane Nelson |
Esa navidad le regalé una almohada.
Una almohada no es más que eso: un regalo.
Pudo haber sido un libro
una corbata, un perfume, un reloj. Pero le regalé una almohada.
Esa navidad él me contó
que yo ya no estaba en sus sueños:
había visto muchas puertas y oscuros callejones.
También me advirtió de la inmensa pena
que le daba tener que decirme
sus infinitos deseos
de acariciar otro cuerpo
mirar otros ojos
la ilusión de esperar a alguien
y la ansiedad de no saber
las ganas
de besar, abrazar, tocar, cantar, lamer, sonreír, reír, silbar, bailar.
Y yo le regalé una almohada.
11 comentarios:
Esto me parece delicadísimo. Triste, pero a la vez muy, muy delicado...Como el gesto de ella al regalarle una almohada sobre la que soñar cada noche. Bico, Emmma
La malicia no tiene límites. Una vez renegada su alma la acuchilla con verbos activos y aún así, un regalo. Quiero pensar que de primera calidad.
Bellisimo...
Sobre una almohada se sueña y también se muere.
Un beso grande!
el comentario de Vera es acertado, es delicado, pero además está implícito eso de te regalé una almohada para que sueñes a otra... y, ay no sé, creo que me dolió demasiado
Uff que duro...
Besote!
Doloroso.
No me extraña que algunos odien la navidad.
Besos.
Un poema que estremece.
Que fineza de regalo, yo en su lugar, no quiero contar que le regalaría.
Un abrazo.
Uy! demoledor, sí! una sinceridad extremadamente innecesaria creo yo!
Qué dulce navidad... ufff
pd: te llegaron mis besitos?
Si no... otros más!!!
Síiiii, me llegaron! y just in time Axis! Muchísimas gracias! Un abrazo
Es precioso Emma, me ha llegado muchísimo leerlo, justo en esta mañana. Qué acierto utilizar la imagen de la almohada!
Abrazos :)
Oh, la almohada! Qué símbolo, no creéis? Lugar de refugio, de huida, de descanso, de tortura, de tantas cosas... Me llegó muy dentro este poema, Emma, yo, que tengo relación de amor-odio con el sueño.
Besos grandes!
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