24 de octubre de 2011

Elena Anníbali, Una piedra arrojada


Fotografía de Anka Zhuravleva

UNA PIEDRA ARROJADA

Esto es el tiempo: una piedra arrojada desde la altura
de Dios o de los hombres,
circular, pulida por el camino de fuego y aire que atraviesa,
ese espacio vacío en que —dicen—,
se desarrolla la falacia de la eternidad.
Cae sobre el agua y abre el círculo de nuestra vida.
Todo cabe allí:
las máscaras desiguales que nos protegen o evidencian
—como en un absurdo teatro de luces y sombras—
el número de los días en que fuimos felices,
cada uno de los ásperos amaneceres en que negamos los sueños,
la vidriosa transparencia de los animales que acariciamos,
la rara inocencia que no pudo pervivir en nosotros.
La piedra cae. Y cuando el círculo alcanza
su máxima definición, desaparece,
y las ondas no son ya más que un eco triste
disperso entre otros círculos, de otras vidas,
que no son las nuestras. Ese roce sutil,
ese leve toque de agua será el encuentro
entre dos cuerpos,
ese pedazo de amor, rabioso y breve,
hurtado a la muerte.




Elena Anníbali 
(Oncativo, Córdoba, Argentina, 1978)
Reside en Ciudad de Córdoba
POETA/LICENCIADA EN LETRAS MODERNAS/DOCENTE/TALLERISTA
para leer MÁS
su BLOG

14 comentarios:

vera eikon dijo...

"Ese roce sutil,
ese leve toque de agua será el encuentro
entre dos cuerpos,
ese pedazo de amor, rabioso y breve,
hurtado a la muerte." Yo también lo creo así, esto es lo que nos salvaguarda....Besos

Errata y errata dijo...

A veces no tengo tiempo en mi cuerpo, es decir, no siempre avanza en la misma dirección. Otras es una pedrada en el medio de la nuca. Y es cierto que la vida está hurtada a la muerte y no alrevés. Comparto. Besos (¿fuiste a la Plaza a festejar?)

Aka dijo...

La vida como una onda que se expande hasta difuminarse, interaccionando con otras a su paso... bella imagen. Visualicé una mano dejando caer sutilmente chinas sobre una superficie espejo y cientos de círculos dibujándose y borrándose.

Abrazo Emma!

çç dijo...

"el número de los días en que fuimos felices,
cada uno de los ásperos amaneceres en que negamos los sueños,
la vidriosa transparencia de los animales que acariciamos,
la rara inocencia que no pudo pervivir en nosotros."

Sin esa desposesión dejaríamos el telón en la guardarropía de los silencios. Es el telón el que cae y dedica el murmullo y el desarrollo de esas ondas que nos rebasan haciendo constante, la búsqueda, ese subir la piedra y dejarla caer, subirla y dejarla caer.

Blue dijo...

Muy buena y muy gráfica.
Besos.

EG dijo...

Qué bellos comentarios...un abrazo Vera, Maia, Aka, CC, Blue y besos.

EG dijo...

Ah! no Maia, te cuento que la gran plaza de los festejos y/o grandes manifestaciones es Plaza de Mayo, en la Ciudad de Buenos Aires. Acá se sentían bombas de estruendo y bocinazos, pero soy un bicho de los medios, seguía todo por tv e internet. Estoy contenta y orgullosa.

Un abrazo!

Darío dijo...

El encuentro entre dos cuerpos, eso me gusta, de la piedra arrojada...

Unknown dijo...

Lo he leìdo y, mientras avanzaba el poema, he sentido como esa piedra que, con su hurto, me ha estremecido

Un abrazo fuerte, Emma.

Leo

(casualmente las piedras, en la poesía, me rondan desde siempre gracias a Vallejo)

Errata y errata dijo...

Bueno, para una uruguaya no saber lo que es la Plaza de Mayo sería un poco como no saber quién es Artigas...pero en todas las ciudades hay una plaza :)
Ya te veo: sentada frente a la tele, fumando un pucho tras otro, tomando un mate amargo y una sonrisa en los labios. Besosssss

EG dijo...

TAL CUAL! y diciéndole a Indi: te das cuenta que es un momento importante de la historia? Una mujer gana por segunda vez la Presidencia del país!!! (y por esos porcentajes abismales!!!)

Es increíble como se tiende a minimizar situaciones/momentos taaaan importantes cuando la protagonista es una mujer. Y no estoy exagerando.

Errata y errata dijo...

Y a mí me sorprende que te sorprenda.

Que tengas un lindo día, negra.

EG dijo...

Es bueno saber que no perdimos la capacidad de sorprendernos... =)

UN ABRAZO

Laura García del Castaño dijo...

Sin duda Elena, nuestra piedra mejor pulida... Saludos!

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