6 de junio de 2011

Almudena Guzman, 2 poemas 2


Anne Margret


Nada.
No pegaba nada con tanta lluvia,
esa chaqueta de angorina rosa y botones de nácar
que él me regaló.

Tampoco encendimos una velita al apóstol,
porque un niño a nuestro lado acababa de darse un cabezazo
tremendo contra la pila bautismal,
y que hubo que consolarlo hasta que llegaron sus padres.

El museo nos desilusionó.
Yo me puse rara y él venga a mirar al cielo,
y al final un paseo dudosamente conciliador por los
soportales
-basta que a mí me hicieran gracia los punkies, para que
a él lo escandalizasen-,
después de mi vaso de leche y su maniática ginebra
"MG con Schweppes de naranja, por favor".
Ah,
se me olvidaba contaros
que el frío fue la nota predominante del día
y que la noche, a pesar de todo, la pasamos juntos.
Espalda contra espalda.

(de Usted, Hiperión, Madrid, 1986)






Señor,
ahora que mi piel y la suya
-después de las sábanas-
han formado un nuevo «collage» en el agua,
no es el mejor momento para hablarle,
desde luego,
pero aprovechando que estoy arriba
y usted debajo,
quisiera decirle
-casi no me atrevo con sus ojos-
que no puedo más,
que voy a pararme.

-Era el placer como una de esas muñecas rusas que se abren
y aparece otra,
y otra...-




Almudena Guzmán 
(Madrid, España, 1964)
para leer MÁS

9 comentarios:

Darío dijo...

Placeres sencillos.

Carmela dijo...

Y en el primer poema, diosssss, duerman en camas separadas, corten yaaaaaaa

Me gusta Emma

vera eikon dijo...

Cuánto desencuentro...Estoy de acuerdo con Carmela!!!

Mar dijo...

Que hermosos poemas!

Meme Vergara dijo...

el primero.... atroz, terrible y triste.

el segundo lo conocia, y me parece fantastico.

besos.

Ico dijo...

A veces el deseo nos confunde, otras nos acerca para alejarnos.. gracias por tu blog.

José Antonio Fernández dijo...

Son dos poemas que corresponden a su poemario "Usted" que reposa en mi estantería desde el 86, uff. Todos son poemas sencillos y muy directos.
Ojeando el libro copio uno:


Hoy es la última tarde.

Usted no paraba de hablar
-lo hubiera matado-
y a mí me ardían las uñas cuando nos despedíamos en la parada del autobús.

Ni un solo beso.


Lo escribió con menos de 22 años y yo lo leí con 23.
Un abrazo.

Malena dijo...

El primer poema pinta el principio de todos los fines.

Isabel Castaño dijo...

maravilloso

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