Fotografía de Andrea Hubner |
EL VIAJE
Un día finalmente supiste
lo que debías hacer, y empezaste,
aunque las voces a tu alrededor
continuaban gritando
sus malos consejos–
a pesar de que toda la casa
empezara a temblar
y sintieras el viejo tirón
en tus tobillos.
“¡Arregla mi vida!”
cada voz gritaba.
Pero no te detuviste.
Sabías lo que debías hacer,
a pesar de que el viento levantó
con sus dedos rígidos
los cimientos mismos,
a pesar de que su melancolía
era terrible.
Era lo suficientemente
tarde, y una noche salvaje,
y el camino lleno de ramas
caídas y de piedras.
Pero poco a poco,
mientras dejabas atrás sus voces,
las estrellas comenzaron a arder
entre las capas de nubes,
y hubo una nueva voz
que lentamente
reconociste como propia,
que te acompañó
mientras te adentrabas más y más
en el mundo,
decidida a hacer
la única cosa que podías hacer–
decidida a salvar
la única vida que podías salvar.
THE JOURNEY
One day you finally knew
what you had to do, and began,
though the voices around you
kept shouting
their bad advice –
though the whole house
began to tremble
and you felt the old tug
at your ankles.
"Mend my life!"
each voice cried.
But you didn't stop.
You knew what you had to do,
though the wind pried
with its stiff fingers
at the very foundations –
though their melancholy
was terrible.
It was already late
enough, and a wild night,
and the road full of fallen
branches and stones.
But little by little,
as you left their voices behind,
the stars began to burn
through the sheets of clouds,
and there was a new voice,
which you slowly
recognized as your own,
that kept you company
as you strode deeper and deeper
into the world,
determined to do
the only thing you could do –
determined to save
the only life you could save.
de Dream work/Trabajo soñado, 1986
Traducción de IRENE OCAMPO
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7 comentarios:
...la mía...
Te quiero pila.
Siempre te leo y me quedo sin palabras con las poesías que tan bien elegís, las fotos igual...Un beso pascuero.
Gracias Fiore, me alegra tu huella!
Un abrazo desde el centro de este bendito país.
Es la decisión más difícil. Cuántas veces preferimos aturdirnos con problemas ajenos para no ocuparnos de los nuestros, que son más dolorosos.
el viejo tirón en los tobillos que reincide y nos mantiene haciendo fuerza sin poder zafar. Escuchar la voz propia qué alegría.
Beso
Realmente hace falta coraje para hacerlo. Me encanta el poema
Un beso Emma
Coindido con Carmela, a veces sabemos bien que es lo mejor, pero falta ese "empujon" para dar el primer paso...
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