18 de abril de 2011

Anne Carson, XII


Fotografía de Wilma Hurskainen, Liisalle, 2007

XII

Quieres ver cómo iban las cosas desde el punto de vista del marido:
vayamos a la parte de atrás,
allí está la esposa
de brazos cruzados y encarando al marido.
Lágrimas no le está diciendo él, no más lágrimas. Pero siguen cayendo.
Lo está mirando.
Lo siento dice él. Me crees, verdad.
Mirando.
Nunca quise hacerte daño.
Mirando.
Esto es trivial. Parece Beckett. ¡Di algo!
Creo que

tu taxi ya está aquí dijo ella.
Él miró afuera. Tenía razón. 
Le hirió el patetismo de su fino oído.
Ahí estaba ella una persona con rasgos particulares,
un cierto tipo de corazón, vida latiendo en ella a su manera.
Le hace señas al taxista, cinco minutos.
Sus lágrimas han cesado.
¿Qué hará cuando me haya ido? se pregunta él. Su noche. Se le cortó el aliento.
Su extraña noche.
Bueno dijo él.
Sabes empezó ella.
Qué.

Si pudiera matarte 
tendría que volver a hacer otro exactamente igual a ti.
Por qué.
Para contárselo a.
La perfección se posó en ellos un instante como la calma sobre un lago.
El dolor permaneció.
La belleza no permanece.
El marido tocó la sien de su mujer
y dio media vuelta
y bajó
corriendo
las
escaleras.

Traducción de Ana Becciu

XII

You want to see how things were going from the husband’s point of view
let’s go round the back,
there stands the wife
gripping herself at the elbows and facing the husband.
Not tears he is saying, not tears again. But still they fall. 
She is watching him.
I’m sorry he says. Do you believe me. 
Watching. 
I never wanted to harm you. 
Watching. 
This is banal. It’s like Beckett. Say something! 
I believe 

your taxi is here she said.
He looked down at the street. She was right. It stung him, 
the pathos of her keen hearing. 
There she stood a person with particular traits, 
a certain heart, life beating on its way in her. 
He signals to the driver, five minutes. 
Now her tears have stopped. 
What will she do after I go? he wonders. Her evening. It closed his breath.
Her strange evening. 
Well he said. 
Do you know she began.
What. 

If I could kill you I would then have to make another exactly like you. 
Why. 
To tell it to. 
Perfection rested on them for a moment like a calm lake. 
Pain rested. 
Beauty does not rest. 
The husband touched his wife’s temple
and turned 
and ran
down 
the 
stairs.





Anne Carson 
(Toronto, Canadá, 1950)
de La belleza del marido, un ensayo narrativo en 29 tangos,
Editorial Lumen, España, 2003
The Beauty of the Husband. A Fictional Essay in 29 Tangos
para leer 
MÁS









15 comentarios:

Marga dijo...

No están mal pero hay algo en estos poemas que no consigue llegarme, no sé... voy a leerlos un poco más a ver si descubro qué es.

Besos, Emmagunts!

Darío dijo...

Un poema duro, filoso. No sé, algo así...

Gabriela dijo...

Que entretinido, versos, ironia, sal y pimienta.
Y si tuviera que matarlo tendria que hacer otro igual a el.. jaja un beso

Malena dijo...

Lo está mirando.
Lo siento dice él. Me crees, verdad.
Mirando.
Nunca quise hacerte daño.
Mirando.



Sólo le faltó decir "no sos vos, soy yo".

Las excusas masculinas son universales, jajaja.

Unknown dijo...

Sus introducciones son sensatas como una entrada anterior, me gusta e inspira lo que escriben/escribes, gracias por seguirme,este blog de " el arte de divertirse y crear" ya no lo uso, ahora utilizo el www.malvadoego.blogspot.com gracias

EG dijo...

Hola Marga, quisiera poder explicarte pero no sé cómo. Hmm, pienso que tal vez al no ser el idioma original del poema, lo haga un poco manos comprensivo, pero Ana Becciu es una de las mejores traductoras. Estuve leyendo mucho de los poemas de este libro (que es enteramente dedicado a su relación con su ex marido) y la verdad es que "no tiene desperdicio", como decimos acá.

Darío Querido!!! es de los poemas que te gustan, pero hoy no le diste bolilla.

Gabriela!!! de más está decirte que me alegra saberte contenta por el poema. Un saludo.

Malena y su ojo crítico, siempre apuntando al meollo. ABRAZO

Mr. Malvado Ego...gracias por el dato.

EG dijo...

y un petit bonus track para los lectores atentos:


- ... LEAL a nada

mi esposo. ¿Así que por qué lo amé desde que dejé la infancia hasta tarde en mi madurez

y los papeles del divorcio llegaron por correo?

Belleza. Ningún gran secreto. No me abochorna decir que lo amé por su belleza.

Como lo haría de nuevo

si se me acercara. La belleza convence. Sabés que la belleza hace que el sexo sea posible.

La belleza hace al sexo sexo.



(De La belleza del marido)

Malena dijo...

El mejor sexo de mi vida lo tuve con un hombre hermosamente feo.

Andysam Black Lyman dijo...

Muy bonito. :)
cómo se llama el poema en inglés???
tengo ganas de leerlo.

EG dijo...

Malena, suele suceder, están mas enfocados en el amar...


Andrea (tanto tiempo!) voy a averiguar el título.

Saludos y buen día!!!

La chica radioactiva dijo...

me ha gustado, sí. No conocía nada y la verdad que quiero introducirme algo más.
Me ha encantado aparecer en este blog, así por primera vez.
Gracias!

EG dijo...

Una sorpresa Das Radio...(ufff! es muy largo tru nombre!)

yo estuve pispeando el tuyo hace unos días!!! GRACIAS por pasar, espero que vuelvas!

batalla de papel dijo...

Este poema me parece hermoso, hay que leerlo desde el silencio. Cuando el silencio te lleva por esos rumbos desprotegidos donde no alcanzan las palabras.
Hermoso poema.
Abrazos,

Stalker dijo...

brutal, hermoso,

gracias, Emma

EG dijo...

3.
Una herida arroja luz propia,
dicen los cirujanos.
Si todas las luces de la casa estuvieran apagadas
podrías adornar esta herida
con su brillo.

ANNE CARSON

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