Fotografía de Danielle Voirin |
le gusta hablar por teléfono.
siempre con alguna chica.
yo sabía pero le seguía el juego
porque yo también era una chica.
hablaba y tiraba la ceniza en un estuche de poliester
tenía la necesidad de demorar la charla
en la espera de un sonido más perfecto.
después volvía la mirada sobre la tapa de algún libro
que había sobre la mesa
sobre el estuche.
(no todas las cosas que buscamos están ocultas
sólo porque no las podemos encontrar)
-el libro rojo de las ocho cabezas-
y la necesidad de ir siempre hacia el hartazgo.
vuelvo ciega sobre la conversación y lo demás.
apago el último cigarrillo y cuelgo el tubo.
la tarifa aumentó un 60 %.
1 comentario:
Creo, sobre ésto, que estamos en la era de la histeria comunicativa, a distancia.
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