Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.
Carilda Oliver Labra
(Matanzas, Cuba, 1922-2018)
de Memoria de la fiebre, 1948
en Antología de la poesía cubana: Siglo XX,
Escrito por Ángel Esteban, Álvaro Salvado, Tomo IV
una ENTREVISTA
para leer MÁS
(Matanzas, Cuba, 1922-2018)
de Memoria de la fiebre, 1948
en Antología de la poesía cubana: Siglo XX,
Escrito por Ángel Esteban, Álvaro Salvado, Tomo IV
una ENTREVISTA
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3 comentarios:
Que divina poesía. A desordenar se ha dicho...
Beso.
bella....donde va el deseo cuando no esta
Sólo que yo cambiaría...
"acaso sin estar enamorada..."
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