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| Después de la tormenta / Fotografía de Rafael Álvarez |
La bomba
no se detuvo aún.
Creí que se habría dormido,
que habría olvidado,
hace mucho,
su propósito.
Confiaba
en que se esfumara,
que se sumara
al movimiento por la paz,
que se deshiciera de sus armas,
que se averiara.
Pensé
que mostraría
un caracter débil,
lánguido, una personalidad
inestable, insegura.
No. Se la ve decidida.
Recostada e insomne,
oigo el tictac en las noches.
Lo sé: espera que llegue
el momento preciso
para estallar.
(Beer Sheva, Israel, 1969)
POETA/CATEDRÁTICA
Traducción de Gerardo Lewin
Leído en DECANTASIÓN
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