Fotografía de William Hundley |
Imaginé una exposición de arte táctil.
Me imaginé en ella
y toqué.
Toqué cuadros de lija y seda, de fieltro y velcro, de cartón y celofán.
Toqué una casa de gomaespuma tibia.
Toqué algo que era frío y al mismo tiempo ardía.
Toqué un huso y me pinché, pero no me dormí, seguí adelante.
Toqué y atravesé cortinajes de diferentes telas y espesores.
Toqué una pileta llena de jugo de limón.
Toqué adentro peluches, animales nadando, papeles deshaciéndose.
Toqué afuera la luz.
Toqué un balde lleno de uñas.
Toqué en las paredes caligramas en braille.
Toqué reproducciones sintéticas de almohadillas de gatos.
Toqué una nube blanda.
Toqué un baño de espuma.
Toqué una escultura de sal y azúcar.
Toqué un circuito de cactus y globos.
Toqué una colección de gomas de borrar.
Toqué una red en una enredadera.
Toqué columnas que hacían olas y me deslizaban.
Toqué pinceles que hacían cosquillas y me perseguían.
Toqué una gruta de roca, de musgo, de algodón, de cristal.
Toqué tu cara.
Toqué un castillo de arena en el desierto.
Toqué estatuillas kitsch de alambre y plástico
rodeando un busto clásico de mármol y alabastro.
Toqué seguro muchas cosas más.
No puedo describirlas
porque tampoco alcanzo a recordarlas.
No soy artista plástica
pero quiero,
quiero esta exposición,
la reivindico.
Hagan una colecta para subvencionarla.
Depositen ahí sus buenas intenciones.
Hagan esta exposición
y llámenla "Aleph táctil".
A Borges también le gustaría.
Los artistas, los políticos culturales, los curadores de arte, los creativos,
hagan esta exposición,
construyan este Aleph,
dejen tocar al tacto,
permítanle a la piel impresionarse.
(Sevilla, España, 1982)
Reside en Rosario, Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario