Ilustración de Alice Wellinger |
Mirarte como se miran
las iglesias abandonadas
y las exposiciones
de vagones antiguos.
Temerte como se teme a un vampiro
inmune al sol
o a los amantes que ya no nos aman,
ni nos esperan,
ni nos temen.
Quererte como al primer amor,
o al último.
Quererte siempre.
Para siempre
Y no quererte nunca.
Ilustración de Alice Wellinger |
Me atrinchero en el silencio,
en la réplica callada,
en la osadía mordaz
del desdén.
Me atrinchero en la soledad
que, como un dique soberbio,
me protege y me excluye.
Me atrinchero para que el dolor
no me toque,
y cuando el dolor me alcanza
no hay escapatoria.
Me atrinchero y me separo,
os dejo en tierra firme
mientras naufrago
y floto a la deriva,
como si allá lejos
mi continente
me aguardara.
Pero no,
no hay nada
ni delante ni detrás de la trinchera,
el muro es demasiado alto,
la isla está muy lejos.
Da igual cuántas sirenas canten.
Ilustración de Alice Wellinger |
Las palmas de mis manos
guardan las iniciales
de todos los silencios
que no supe escuchar.
Los domingos hago apuestas
para ver en qué orden
se amontonan los secretos
que me queman las amígdalas
que un cirujano
no se atrevió a extirpar.
Mi ceño fruncido
es testigo
de todas las verdades
que convertí en mentiras
y luego tragué con dificultad
de analgésico.
La boca todo lo llena de palabras
y el ruido es agotador.
Ilustración de Alice Wellinger |
Uno dos tres
cae otra vez tu voz en el vacío
y es un estruendo como la lluvia de madrugada.
Uno dos tres
las brújulas se vuelven locas
e invento senderos sin salida.
Indicaciones de guía avezado
y yo contando
uno dos tres
o cómo salir indemne
de la casa sin puertas.
Nuria Otero
(Buenos Aires, Argentina, 1971)
Reside en A Coruña, España
POETA/ESCRITORA/PEDAGOGA/PSICOPEDAGOGA
Ediciones En Huida, Colección Poesía en Tránsito, 2017
para leer más en: PARALELO BLOG
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2 comentarios:
Una gozada.. tanta maravilla.
El libro todo es bello :)
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