Fotografía de Alfred Eisenstaedt |
BOGOTÁ, 1982
Nadie mira a nadie de frente,
de norte a sur la desconfianza, el recelo
entre sonrisas y cuidadas cortesías.
Turbios el aire y el miedo
en todos los zaguanes y ascensores, en las camas.
Una lluvia floja cae
como diluvio: ciudad de mundo
que no conocerá la alegría.
Olores blandos que recuerdos parecen
tras tantos años que en el aire están.
Ciudad a medio hacer, siempre a punto de parecerse a algo
como una muchacha que comienza a menstruar,
precaria, sin belleza alguna.
Patios decimonónicos con geranios
donde ancianas señoras todavía sirven chocolate;
patios de inquilinato
en los que habitan calcinados la mugre y el dolor.
En las calles empinadas y siempre crepusculares,
luz opaca como filtrada por sementinas láminas de alabastro,
ocurren escenas tan familiares como la muerte y el amor; estas
calles son el laberinto que he de andar y desandar: todos los
pasos que al final serán mi vida. Grises las paredes, los árboles
y de los habitantes el aire de la frente a los pies. A lo lejos el
verde existe, un verde metálico y sereno, un verde patinir de
laguna o río, y tras los cerros tal vez puede verse el sol. La
ciudad que amo se parece demasiado a mi vida; nos unen el
cansancio y el tedio de la convivencia pero también la costumbre
irreemplazable y el viento.
BOGOTÁ, 1982
No one looks at another face to face
No one looks at another face to face
from North to South distrust: suspicion
among smiles and careful politeness.
Dark the air and fear
in all the doorways and the elevators, in the beds.
A loose rain falls
like a deluge: world city
that will never know happiness.
Soft smells that look like remembrances
after so many years that are in the air.
Half-done city, always on the verge of looking like something
like a girl that begins to menstruate,
precarious, with no beauty whatever.
Nineteenth-century patios with geraniums
where very old ladies still serve chocolate;
tenement courtyards
inhabited by dirt and pain.
On the steep and always crepuscular streets
– an opaque light as if filtered by seedy alabaster plates –
scenes as familiar as death and love take place;
these streets are the labyrinth where I must walk and retrace
the steps that at the end will be my whole life.
Grey are the walls, and the trees,
and the air from the brow to the feet of the inhabitants.
Far off the green exists, a metallic and serene green,
a Patinir green of lagoon or river,
and behind the mountains it may be possible to see the sun.
The city that I love looks too much like my life;
the weariness and boredom of living together unite us
but also the irreplaceable customs and the wind.
(Traducción de Nicolás Suescún)
Fotografía de James Branaman |
PATAS ARRIBA CON LA VIDA
Sé que voy a morir porque no amo ya nada.
Manuel Machado
Moriré mortal,
es decir habiendo pasado
por este mundo
sin romperlo ni mancharlo.
No inventé ningún vicio,
pero gocé de todas las virtudes:
arrendé mi alma
a la hipocresía: he traficado
con las palabras,
con los gestos, con el silencio;
cedí a la mentira:
he esperado la esperanza,
he amado el amor,
y hasta algún día pronuncié
la palabra Patria;
acepté el engaño:
he sido madre, ciudadana,
hija de familia, amiga,
compañera, amante.
Creí en la verdad:
dos y dos son cuatro,
María Mercedes debe nacer,
crecer, reproducirse y morir
y en esas estoy.
Soy un dechado del siglo XX.
Y cuando el miedo llega
me voy a ver televisión
para dialogar con mis mentiras.
HEAD OVER HEELS WITH LIFE
I know I am going to die because I no longer love anything.
Manuel Machado
I will die mortal,
that is to say having passed
through this world
without breaking or staining it.
I didn’t invent a single vice,
but I tasted all the virtues:
I leased my soul
to hypocrisy: I have trafficked
with words,
with signs, with silence;
I surrendered to the lie:
I have hoped for hope,
I have loved love,
and one day I even pronounced
the words My Country;
I accepted the hoax:
I have been mother, citizen,
daughter, friend,
companion, lover;
I believed in the truth:
two and two are four,
María Mercedes ought to be born,
ought to grow, reproduce herself and die
and that’s what I’m doing.
I am the sampler of the 20th century.
And when fear arrives
I go to watch television
to have a dialogue with my lies.
(Traducción de Mary Crow)
María Mercedes Carranza (Bogotá, Colombia, 1945-2003)
de Tengo miedo, Editorial Áncora, Bogotá, 1983
en Poesía completa, Sibila-Fundación BBVA, 2010
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