Obra de Albert Joseph Pénot (1862-1930) |
La poesía y yo seremos buenas amigas.
siempre fue una vieja de mierda
pero a veces lo fue menos
hubo horas en que me ponía
caramelos ácidos bajo la lengua,
me hacía la cruz de la frente,
me hacía cosas en la pieza,
y después abría
un poquito la ventana
para que mirara
a las otras nenas que jamás
jamás
se ensuciaban con tierra
que jamás jamás
escribían en los pantalones
de los chicos
ahora paso por su casa
le apedreo las ventanas,
le echo sal en los canteros
para que se le pudran los geranios
díscolos,
le escupo el número de bronce,
le espanto los gatos haciendo
aullidos de loba,
de perra
cuando también envejezca
y, como ella, salga a la calle
a levantarme la bata con florcitas,
y no tenga quien me escuche,
y la lengua no me sirva más
que para babear la miga del pan,
empujarme las pastillas del sueño,
entonces
me sentaré con ella en la vereda,
charlaremos despacio de los muertos,
veremos los hombres fuertes a través
del muro de piedras
que arrojé con estas manos,
con estas mismas manos
que ahora la odian
Obra de Albert Joseph Penot (1862-1930) |
EN EL PAVIMENTO
En el pavimento de la calle
queda, por la tarde,
la sangre seca de las perras
en celo
algunos
-lo he visto-
las agarran del cuello y las hacen morir:
no soportan la libido gloriosa
que alborota los machos,
los mechones de pelo en las puertas de alambre,
el olor rijoso del orín
en los carteles de las tiendas
las perras son dóciles al entrar
en las bolsas de nylon
obedecen y se pliegan al tamaño,
enarcan los huesos,
se acomodan a la muerte,
al silencio
conozco esa mansedumbre de haberla ejercido
basta tocar la marca roja en el cuello
para evocar soga
y dueño,
pero yo mordí esa mano
y ahora tengo esta libertad
grande
en que me asfixio
de Tabaco mariposa, Caballo Negro Editora, 2009
Elena Anníbali (Oncativo, Córdoba, Argentina, 1978)
POETA/LICENCIADA EN LETRAS MODERNAS/TALLERISTA/DOCENTE
2 comentarios:
Sin embargo qué cosa más poética que llenarse las rodillas de tierra o escribir en los pantalones de los niños???? Abrazo
Gracias Vera. Tu mirada sobre los poemas siempre es un lujo. Abrazo.
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