4 de enero de 2013

Beatriz Zuluaga, 2 poemas 2



Fotografía de Anka Zhuravleva


Había olvidado las cosas simples
como decir hola y sonreír
mirar a través de las vidrieras
y buscar golondrinas de verano,
tomar los parques de la mano
y vestirme de muselina blanca
así transparente como el aire.
Había olvidado el olor
de la mañana,
el chocolate y su espuma
del cielo de colores
y ese empezar el día
con alas y canciones.
Vuelvo a sentir la tentación
de mirar a los hombres
descubrir que tienen pasos largos
una barba con sueños,
que pueden inventarnos palabras
como arrullos
y ser una luz placentera entre los poros.
Vuelvo a encontrar esa dulce pereza
de entretener el ocio con gaviotas,
un castillo que trepe hasta mi alma
y ese violín detenido en una nota larga,
vibrante, elástica, como una piel enamorada.
Quiero el agua del grifo,
verla correr, dejar que dance su humedad en mis manos,
el olor del jabón y esa espuma que hace globitos
y me tienta a imaginar planetas transparentes
con hombrecitos pequeños
de orejas largas y pupilas moradas.
La noche es una cama con almidón de sueños
y un amor vertical que me acompaña.




Fotografía de Anka Zhuravleva



GNOSIS

¿Conoces el olvido?

Es blanco, dolorosamente blanco.
Acaso en un instante
se descorra un horizonte rojo,
y corramos tras él,
para sumir el blanco que nos pesa
y nuevamente es níveo el camino;

en las manos se prende la agonía
y dobla en las arterias la campana.
Quizá nos arrastramos…
porque es lento el camino y es tan blanco,
que se pierde el contacto con la vida.

¿Conoces el olvido?

Mira mis manos blancas, mi cabello,
la sangre que no tiñe,
el pulso que repite horas vacías,
y este grito callado en la garganta.

¿Conoces el olvido?
Mira mi sombra blanca…
y este lento camino hecho de nieve.




Beatriz Zuluaga 
(Manizales, Colombia, 1934)
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6 comentarios:

Amando García Nuño dijo...

Por ese camino de nieve, hacia el olvido. Allá vamos.
Un abrazo.

EG dijo...

Indefectiblemente?

vera eikon dijo...

Qué hermoso ese segundo poema!! Beso

Darío dijo...

Abomino profundamente de los que olvidan, con intenciones o no. Esa cosa blanca en la cabeza....

Sara dijo...

Yo tambien había olvidado las cosas simples, pero es muy bueno recordarlas por ejemplo al leer este poema, maravilloso

Juan A. dijo...

Bellísimo, como siempre.

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