Fotografía de Lissy Elle |
llevo una vergüenza que me endurece los dientes.
casi treinta años y sigo sin poder fruncir el ceño.
el rechazo es una bofetada blanca
que no le cabe a mi sonrojo.
me queda grande, como una cáscara cubriendo el cuerpo
alborotado de un grano de sal.
me escondo en las bibliotecas.
contra la pared iluminada
ensayo las muecas que se me escurren en la calle.
cuántas veces dejé mi rabia en un espejo
siempre, de una u otra forma, contra mí misma.
tengo la almohada manchada
amanece tiesa
vergüenza de orines secos
en la cama de una adulta.
los libros, siempre los libros,
es la suavidad con la que tratan
es el abismo que abren entre sus letras diminutas.
me crezco toda en la página en blanco
donde soy solo yo hablando.
como una bruja, como una loca,
me balanceo frente a la pared quieta,
embisto la página, la pared y el libro
con mi frente limpia.
ni una arruga de molestia.
el rechazo es una bofetada blanca
yo, en cambio, tengo la piel enrojecida de una niña.
Gema Santamaría
(Managua, Nicaragua, 1979)
de Transversa, Editorial Limón Partido , México, 2009
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1 comentario:
Hermosísimo poema. Muy hermosísimo.
Esta mujer es alucinante.
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